Sucedió lo que se esperaba. Con el regreso del porteo tras las fiestas patronales el caos volvió a apoderarse de la N-352 durante toda la jornada. Las propias autoridades parece que ya se han instalado en esta ‘normalidad’ hasta que no se puedan realizar todas las infraestructuras que tiene preparadas el Gobierno de la Nación, pero que como hemos insistido en muchas ocasiones son a largo plazo y, mientras tanto, Ceuta se hunde a marchas forzadas. Y encima resulta que nos encontramos con los problemas añadidos del personal que llega procedente de la Operación Paso del Estrecho y que incluso claman directamente porque señalan que no volverán más por Ceuta, debido a la situación que se estaba viviendo. Es cierto es que cuando no hay porteo los problemas no se acumulan y todo funciona, pero lo difícil es saber gestionar con los medios de los que se dispone la situación que nos persigue desde hace muchos meses y que no aparece en el horizonte ninguna luz que permita atisbar algo de esperanza para los meses y años venideros.
Es cierto que las quejas son permanentes, pero es que la inacción por parte de las autoridades también es manifista. Es lo que decíamos al comienzo de este comentario editorial, los políticos ya se han rendido, no encuentran una solución para que todo funcione al menos lo mejor posible. De lo único que hablan es de eliminar el porteo, pero ellos saben que es imposible.