Ya son casi una decena los muertos por ingerir alcohol adulterado en la ciudad marroquí de Mequinez. La noticia una grave intoxicación por metanol que ha acabado con la vida de varias personas y mantiene a una décima en el hospital convulsiona Marruecos, donde el consumo de esta sustancia está restringido.
La pesadilla comenzó el lunes, con los primeros ingresos por intoxicación en el Hospital Mohamed V. Allí llegaron los cuerpos ya sin vida de dos hombres, uno de ellos de 48 años y el otro de edad por confirmar.
El martes se trasladaban al mismo centro otros seis cadáveres de hombres de entre 40 y 70 años. Dos individuos más ingresaban con una intoxicación grave en la unidad de reanimación. Finalmente uno de ellos, un varón de 47 años, fallecía.
Según ha informado EFE, a falta de confirmar con los análisis que se hagan de las muestras tomadas a los cuerpos, la tesis de los sanitarios es que murieron por intoxicación por metanol, al haber ingerido alcohol adulterado.
Confiscadas decenas de botellas con desinfectante
Una fuente policial ha confirmado la detención de dos personas a raíz del suceso: el dueño de una tienda de alimentación, de 67 años, y su empleado, un joven menor de edad de 17 años.
En el registro del establecimiento se confiscaron decenas de botellas de plástico vacías de un producto desinfectante que correspondería al que supuestamente vendieron como alcohol para consumo humano.
Los detenidos, ambos bajo custodia policial, están siendo investigados por su presunta implicación en la posesión y venta de productos alcohólicos dañinos para la salud pública y por causar la muerte de sus consumidores.
La Fiscalía competente está encargada de la investigación del caso, informó la fuente, que añadió que se está ahora determinando la relación entre las muertes y los productos alcohólicos que ingirieron, sometidos a un análisis de laboratorio.
Consumo restringido
El consumo de alcohol está restringido en Marruecos, ya que no solo está mal visto socialmente sino que las bebidas alcohólicas tienen precios muy altos por soportar una gran cantidad de gravámenes.
Ante esta situación abundan las destilerías clandestinas y la venta de alcoholes fuertes con precios baratos en la clandestinidad, principalmente aguardientes producidos de forma artesanal y sin las debidas garantías sanitarias.
En septiembre del año pasado, una veintena de personas fallecieron en la localidad marroquí de Ksar el Kedib, en el norte del país, tras consumir alcohol adulterado.