“Por aquí no veo a ninguna Fati. Aquí está la gente decente, la que trabaja…” Y así empezó el portavoz de VOX en la Asamblea, señor Verdejo, su intervención en el hotel en el que organizaron el mitin para recibir a Santiago Abascal.
Se puede decir más alto, pero no más claro: Si te llamas Fati no eres una mujer decente. Y si trabajas y te esfuerzas para sacar adelante tu casa, es porque te llamas Sergio o Santiago.
El señor Abascal comenzó comparando a Ceuta con Beirut y, después, con Hernani, aunque lo más granado que dijo es que Ceuta era España y no Marruecos. Ahí acertó, aunque a él le recuerde a Beirut o a Hernani.
Estos tres personajes no conocen Ceuta. Ignoran la mucha decencia que tienen todos los ceutíes, aguantando sus insultos una y otra vez y reaccionando con la templanza que caracteriza a este pueblo. Como no salen del círculo de la manzana central, desconocen a los miles de trabajadores que cada día abren nuestros mercados, muchos establecimientos comerciales, talleres, bares, restaurantes, peluquerías, consultas médicas, despachos de abogados, puestos de funcionarios y un largo etcétera, muchos de los cuales se llaman Fati, Mohamed o Yoaina y que comparten su trabajo con Juanes, Josés o Miriams.
Abascal es un prodigio de camuflaje. Ha sido concejal, diputado del parlamento vasco y diputado de las juntas generales de Álava, y todos estos cargos bajo las siglas del PP. Cuando su papel en el PP vasco fue decayendo en detrimento de nuevos líderes como Basagoiti, buscó refugio en los brazos del PP madrileño, donde le trataron no bien, sino mejor, colocándole al frente de una fundación. Pero se cansó de ser un “segunda fila” y VOX ha sido su trampolín para seguir haciendo lo que mejor se le da: vivir del cuento, aunque para ello acabe dinamitando lo mejor de quienes le han dado tanto. Me da que no ha estado en Beirut y poco anduvo por Hernani en los difíciles “años del plomo”. Naturalmente, para justificar la existencia de VOX como necesaria, a sabiendas de que esta fractura en la derecha es la que mantiene a Sánchez en la Moncloa, se presenta como “regenerador” de la derecha, a la que acusa, sobre todo en Ceuta, de haber abandonado los principios que, según él, fueron su base fundacional.
"Desde luego Verdejo y él, proceden del mismo caladero: resentidos del PP. Ese PP que jamás ha sido un partido radical, sino centrado"
Desde luego Verdejo y él, proceden del mismo caladero: resentidos del PP. Ese PP que jamás ha sido un partido radical, sino centrado, incluso en la época de Aznar, que fue quien definió al partido popular como un partido de centro.
El PP nació con la democracia y entre sus filas han militado muchos de los padres de la constitución. Su vocación es defender a España en el marco constitucional, es decir: Su indisoluble unidad, su diversidad y la amplia solidaridad entre todos sus pueblos, así como la autonomía de sus territorios. El partido popular está comprometido con los derechos y deberes de todos los ciudadanos consagrados en la carta magna y con unas relaciones exteriores que permitan la amistad y la cooperación con las demás naciones. Es firme en defensa de la seguridad de España en el concierto internacional y está comprometido con nuestra condición de socios de la Unión Europea y de la OTAN. Y todos estos valores y compromisos tienen el mismo valor en Madrid que en Ceuta.
El PP lleva en su adn la defensa de Ceuta y de España, que son la misma cosa. Cada centímetro de su territorio, las preocupaciones de su gente y el futuro de sus hijos, forman parte del orden del día de la acción del PP.
Desde el PP no oirá nadie un insulto, un desprecio, una desatención y, ni mucho menos, un prejuicio, pero tampoco se quedará tibio, parado o indeciso cuando se ataque a Ceuta o a España o cuando quien tenga la responsabilidad, mire para otro lado o incumpla los compromisos a los que pudiera estar obligado por razón de su cargo, ya sea el presidente del gobierno de España o cualquier otro cargo de relevancia del pasado o del presente, como el señor Gutiérrez.
Todas las ceutíes y todos los ceutíes, tengan los recursos que tengan, piensen como piensen, o recen como recen, son sujetos de los mismos derechos y obligaciones de acuerdo con nuestra constitución. El PP no es un partido para unos pocos, lo es para todos los que amen a España, la sientan como su patria, sea cual sea su origen, cultura o fe, porque en el marco que Abascal, Redondo y Verdejo desprecian, que es la constitución de 1978, se enterró para siempre la supremacía de unos seres humanos sobre otros, por razón de manera de pensar y de sentir.
"Ellos necesitan una Beirut o un Hernani de los años 80 del siglo pasado para sostener su discurso y su política, pero la Ceuta que no quieren ver, la de 2023 es un ejemplo ante el mundo de convivencia constitucional"
Ellos necesitan una Beirut o un Hernani de los años 80 del siglo pasado para sostener su discurso y su política, pero la Ceuta que no quieren ver, la de 2023, es un ejemplo ante el mundo de como gracias a la convivencia constitucional, miles de personas decentes, aman a su país y a su ciudad, trabajan en ella, codo con codo entre diferentes, se levantan cada mañana a defender sus negocios y sus puestos de trabajo, protestan pacíficamente frente a sus autoridades cuando estas no dan soluciones a sus problemas, votan y eligen en libertad a sus representantes, celebran sus fiestas con absoluto respeto y devoción y les da igual lo que este trío siniestro diga de ellos, que es decirlo de todos nosotros, de todos los habitantes de esta hermosa ciudad.
Ahora más que nunca es necesario huir de la división que se crea artificialmente. El PP es el gran partido de la centroderecha y de sólidos principios que le va a dar la tranquilidad a cualquier español, viva donde viva, porque no se mueve de sus principios, no tiene ocurrencias ni da saltos en el vacío. Ni pacta ni pactará con los enemigos de España, ni negocia con nuestros valores consagrados en la norma fundamental. Satisfacer el ego de un don nadie nos puede llevar a entregar el gobierno a la izquierda, de la que ya sabemos de lo que es capaz.
El trío, terminó pidiendo más España y más Europa. ¡Qué curioso! Ese fue el título que Juan Vivas le puso al plan estratégico elaborado por la ciudad, y que también forma parte del que acordó el gobierno de España. Esa apuesta ya está comprada, señores dirigentes de VOX. La única que no compra nadie es la del odio que supuran y la de la división que quieren crear con sus discursos. Si quieren otra Beirut búsquense otro sitio. Este ya está ocupado por los decentes.
El paso por el PP, deja secuelas...