Como es de costumbre el 8 de marzo celebramos el día internacional de la mujer. Poemas, dibujos, alguna canción y aplausos. Fue en el recreo y el acto duró 20 minutos.
Celebramos estos días internacionales de una manera mecánica, programada, con un protocolo, como una actividad más del Centro. No nos paramos a pensar en su significado real, lo que entraña, lo que repercute en nuestra sociedad, en el trabajo, en la escuela, en la familia y en el aire que respiramos.
Un grupo de alumnas de 4C, concienciadas, filósofas y feministas propusieron a su tutora Carmen Guerrero de qué manera podríamos llevar el debate a las aulas. Entendían que en 25 minutos no había tiempo para nada y que la antorcha reivindicativa no podría apagarse hasta llegar al Olimpo de las conciencias.
Este grupo de alumnas exponen la necesidad de diseñar más actividades relacionadas con el feminismo. Había que seguir hablando, había que sembrar el instituto la semilla del cambio, del conocimiento histórico de esta lucha sin cuartel, de la perspectiva de la educación, desde el paradigma del género, desde el aquí y el ahora, desde las heridas abierta que no terminan por cicatrizarse.
Mi compañera y tutora del grupo se pone manos a la obra y se plantea qué se puede hacer para que el tema no quede en agua de borrajas. Es complicado, pues los programas de las asignaturas son extensos y encontrar tiempo es difícil.
La tarea comienza porque Carmen sabe que hay mucho que decir por aquellas alumnas que le hicieron llegar su aliento. ¿Podría abrirse el debate a todos los que quisieran participar? ¿Se podría realizar una vez a la semana en el tiempo de descanso?
Se reúne con las alumnas, con el grupo de clase y baraja la idea de hacer extensivo a todo el instituto Camoens. Toda la comunidad educativa tendría derecho a participar, a decir, a manifestar. No se podía guardar bajo una alfombra el 8 de marzo hasta el 8 de marzo siguiente.
A manera socrática establecer diálogos breves y continuados.
La puesta en común, las experiencias, lo que observamos; era la manera de relacionados con el feminismo,fortalecer valores de la comunicación abierta.
Así, una vez a la semana, en los 25 minutos del bocata, se reúnen en el ágora las pensadoras, las protagonistas, las mujeres que inician una revolución pendiente, una eterna lucha que no podrá detenerse nunca.
El bocata del recreo debe esperar.