Un total de dieciséis Organizaciones No Gubernamentales (ONG) marroquíes han pedido este jueves a las autoridades del país poner fin a las campañas de arrestos de migrantes subsaharianos indocumentados a través de un comunicado oficial.
A su vez, han instado "a la sociedad civil y a los intelectuales" a "luchar contra el discurso racista" tanto en Marruecos como en todo el Magreb.
Este se agravó, indican, "tras las polémicas palabras del presidente tunecino, Kais Said", que en una reciente comparecencia se refirió a los migrantes subsaharianos como "una amenaza demográfica para su país".
El comentario, no obstante, generó una marcha a finales de febrero en la que cientos de personas mostraron su rechazo hacia las palabras del dirigente.
La clave para erradicar esta problemática, aseguran las ONG firmantes del documento, está en la desmantelación de estos discursos para garantizar la dignidad y los derechos de los emigrantes.
Las organizaciones también criticaron "la neutralidad negativa" de las redes sociales frente a los discursos discriminatorios y pidieron "cuidado" ante las actuales campañas racistas.
Animaron a su vez, según señala la nota difundida, a priorizar los valores de tolerancia y la convivencia, y sentirse orgullosos de nuestra identidad africana.
"La sociedad civil, la prensa, los intelectuales e investigadores universitarios deben hacer frente al discurso de odio y racismo contra los emigrantes subsaharianos mediante una acción colectiva que desmantele estos discursos y garantice la dignidad y los derechos de los emigrantes", señalan las ONG.
Finalmente, las asociaciones firmantes pidieron al Estado marroquí "dejar de jugar el papel del gendarme de la Unión Europea y España" y exigieron poner fin a las "campañas" de arrestos y de expulsión de estos migrantes.
Para cerrar, denunciaron las detenciones en el barrio Oulad Ziane en Casablanca, que alberga un gran número de subsaharianos en situación irregular en el país.
No sólo en Casablanca, en muchas más ciudades se hacen redadas. En esa ciudad lo que pasa es que justo cuando el semáforo se pone en rojo, salen hasta de debajo de las piedras ha pedir un donativo. La cosa se ha puesto peligrosa. En los valles cercanos a Ceuta y Melilla también los hay y mientras no molesten, la policía marroquí no se mete con ellos
Del dicho al hecho hay un gran estrecho.