El llamado B.E.H. ha tenido que comparecer este martes en Ceuta en dos juicios como acusado para responder por un lado de un delito de robo con violencia con empleo de instrumento peligroso causando lesiones y por otro lado de un delito de resistencia.
Uno ha sido ante el tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta y otro en el Juzgado de lo Penal número 2.
En lo que se refiere a la vista en la Audiencia finalmente no se ha tenido que celebrar ya que el acusado ha reconocido los hechos y aceptado la pena de 3 años y medio de cárcel por un delito de robo con violencia con empleo de instrumento peligroso, así como 2 años más por un delito de lesiones.
Además deberá abonar 36.653 euros como responsabilidad civil por las lesiones y las secuelas ocasionadas al denunciante.
Los hechos a los que hizo referencia en este procedimiento ocurrieron el 11 de febrero del año pasado. Sobre las 19:00 horas, el acusado se encontraba en las inmediaciones del colegio Reina Sofía en la barriada del Príncipe cuando, tras una discusión con la víctima, se le acercó y con la intención de lograr un ilícito beneficio le introdujo la mano en el bolsillo para adueñarse de sus pertenencias.
Asimismo, el acusado, con intención de menoscabar la integridad física del denunciante, le propinó un golpe con un objeto punzante en la cara y logró sustraerle 20 euros en efectivo.
Como consecuencia de los hechos, la víctima sufrió lesiones consistentes en una herida incisa en la mejilla derecha que para su curación requirió de tratamiento médico consistente en la cura y sutura de la herida con posterior retirada de los puntos.
El tribunal dictó sentencia condenatoria in voce y además no le concedió el beneficio de la suspensión de la pena por no cumplir con los requisitos previstos en la ley.
En el Juzgado de lo Penal ha sido juzgado por un delito de resistencia
Por otro lado, el titular del Juzgado de lo Penal número 2 ha dejado visto para sentencia el segundo juicio seguido contra B.E.H. en esta ocasión por un delito de resistencia.
En este caso el acusado no ha reconocido los hechos y detalla que él ha sido “la víctima”.
Los hechos por los que se le acusa, según ha señalado un funcionario de prisión, se produjeron cuando mantuvo una discusión con un trabajador del centro penitenciario. Este ha indicado que el acusado hacía caso omiso a las indicaciones que se le hacían y comenzó a insultar tanto en árabe como en castellano.
Por ese mismo motivo, determinaron mandarlo a aislamiento y, según el testigo, el acusado no quiso ser esposado por lo que tuvieron que trasladarle entre 5 trabajadores. “Es un servicio que según marca el protocolo se hace con dos personas”, puntualizó.
Una versión que el acusado niega “tajantemente”. Ha señalado que se disponía a ayudar a otro preso al cambio de celda cuando el funcionario empezó a insultarle y a decirle que volviera a la suya. “Le dije únicamente que no me gritara y me respondió que el hacía lo que le salía de los cojones y que ahora me llevaba a aislamiento”.
Asimismo, el acusado ha indicado que fue llevado tan solo por dos funcionarios y que no opuso resistencia alguna.
El Ministerio Fiscal pide una sentencia condenatoria, en concreto la imposición de una multa de 10 meses a razón de 6 euros diarios. La Defensa, por su parte, pide la libre absolución.