Hamza Ibn Issa es un joven marroquí de 27 años que se encuentra en una situación precaria, tras un diagnóstico de epilepsia que le ha trastocado la vida por completo. Hace años que estuvo en Ceuta, ciudad a la que ahora aspira poder regresar para buscar ayuda y así controlar una enfermedad que le ha impedido una vida medianamente normal.
El joven cuenta que en el año 2018 pudo entrar a Ceuta, en donde llegó a estar un tiempo. Una vez en la ciudad, su intención era pedir protección como refugiado, pero desafortunadamente varios ataques epilépticos que sufrió durante su estadía lo llevaron al hospital y luego fue entregado a la Policía marroquí. Al año siguiente llegó la pandemia y sus posibilidades de volver a entrar quedaron reducidas a cero.
Debido a su situación económica y a las deficiencias del sistema sanitario marroquí, Hamza no ha podido hacer frente a este trastorno que afecta su sistema nervioso central, tampoco ha podido tratarse de manera adecuada la enfermedad, lo que impide que su pronóstico sea positivo.
Estuvo en Ceuta en el año 2018, pero fue entregado a la Policía para su devolución
“Somos pobres y mi condición comenzó a empeorar, por eso debo ir a Europa a hacerme dos operaciones, porque la epilepsia puede causar parálisis y una discapacidad”, señala.
De acuerdo con la recomendación de un médico que lo atendió en Marruecos, en su caso dos intervenciones quirúrgicas resultarían beneficiosas, pero es algo que no puede hacer en el vecino país, por lo que tendría que viajar nuevamente a España. “Cuando hablé con Cruz Roja me dijeron que cuando entrara en Ceuta me pusiera en contacto con ellos, pero lamentablemente no encontré cómo entrar y ahora estoy en Tetuán”.
“La epilepsia que padezco es la razón por la que no pude continuar con mis estudios y lograr un futuro”. Hamza no quiere que este padecimiento que tiene desde que era muy pequeño siga afectando su vida de manera significativa, sino que tiene la esperanza de poder llevar una vida lo más normal posible. “Espero que me puedan ayudar”, es el clamor del joven marroquí.
Igualmente en España también hay k pagar no crean que los k estamos asegurados no pagamos nada todo es d nuestro bolsillo, pagamos por todo... igual en Marruecos, si en Marruecos no hay Seguridad social es xk no pagan impuestos igual que nosotros, no todo es oro lo k brilla. Si viene a España va a pagar lo mismo...
¿Dónde está la humanidad? ¡Menudos comentarios! Y luego nos quejamos de cómo nos va: tenemos lo que nos merecemos y peor nos va a ir mientras sigamos obviando la premisa humanidad. Solamente quedan tribus urbanas, animales vacuos, materialistas que adoran al dios € esperando de su omnipotencia algo de calderilla para poder Ser eternos
En estos casos están de más los comentarios de racismos es un ser humano que necesita ayuda que no encuentra en su país de origen ,ojalá todo te salga bien y logres la ayuda que necesitas
Lo que tomó su rey los otros días en París vale más que su ayuda facultativa ; no obstante puede pedirle ayuda a " la Trujillo" que es muy condescendiente con el régimen Marroquí y su Rey.
Estuve trabajando 3 años en Estados Unidos y siempre tuve que pagar todo tipo de la sanidad incluido el nacimiento de mi hija. No comprendo cómo teniendo un Rey que es un hombre de los más ricos del mundo, éste súbdito suyo pide ayuda a España. Nos toman por tontos.
Pues en Casablanca hay un hospital más grande y con mejores medios técnicos que los que haya en cualquier parte de España y Europa, es el Sheikh Khalifa Ben Zayak Al. Es impresionante. A todo lujo, pero claro, es para el que tiene dinero. Ya que los marroquíes son tan solidarios entre ellos y se quieren tanto, podía tratarse ahí, Ah, no que es para su Rey, mecachis!
Es triste la desigualdad que hay a nivel mundial pero aquí tenemos, también, recursos limitados; la gallina de los huevos de oro se ha quedado sequita gracias a la gestión filibustera de nuestros gobiernos. y pregunto ¿Por qué es multimillonarios el rey de Marruecos y por qué su gente está en total abandono?
Que venga que todos los españoles le pagamos lo que haga falta, aunque no nos pregunten si queremos hacerlo.
Somos unos primos.