El siguiente libro que tenía pendiente de leer en vacaciones era el titulado como este artículo, de Hans Rosling, fallecido antes de su publicación, y realizado en colaboración con sus hijos Ola y Anna Rosling. Era médico, profesor de salud internacional y un reconocido divulgador. Asesor de la Organización Mundial de la Salud y de UNICEF, además de cofundador de Médicos sin Fronteras en Suecia y de la fundación Gapminder. En el Parque de las Ciencias de Granada fue donde me aconsejaron su lectura.
Lo que nos vienen a decir, y demostrar, es que el mundo está mejor de lo que pensamos. Para ello dan una serie de datos que nos aseguran su veracidad. La verdad es que su lectura resulta muy gratificante, después del bombardeo masivo y diario de noticias acerca de lo mal que estamos. Fundamentalmente se trata de lo que ellos llaman el instinto del miedo. Cuando se nos pregunta qué nos da más miedo, las respuestas siempre son las mismas: las serpientes, las arañas, las alturas y quedarse atrapados en espacios reducidos.
A partir de ahí hay toda una serie de miedos que también tenemos, como hablar en público, las agujas, los aviones, los ratones, los extraños, los perros, las multitudes, la sangre, la oscuridad, el fuego, o ahogarse. Lo que ocurre es que estos miedos están programados en nuestros cerebros por evidentes razones evolutivas, pues el miedo al daño físico, a la cautividad y al veneno ayudaron en su día a sobrevivir a nuestros antepasados. Esta es la razón por la que se pueden encontrar historias a diario en las noticias sobre daño físico (violencia provocada por las personas, animales o fuerzas de la naturaleza); cautividad (reclusión, pérdida de control o libertad); contaminación (sustancias invisibles que pueden intoxicarnos o envenenarnos). Los medios de comunicación no pueden evitar recurrir a nuestro instinto del miedo. Es una manera muy fácil de captar nuestra atención.
Sin embargo, la realidad es otra. Y lo que hacen los autores es recurrir a los datos y a las comparaciones para demostrarnos que el mundo está mejor de lo que todos pensamos. Y además lo hacen mediante una argucia bastante ingeniosa en la que nos ponen a prueba. Para ello formulan 13 preguntas acerca de cómo está el mundo. Las respuestas fueron de lo más variado.
Primera. Educación de las niñas en los países pobres. En los países pobres de todo el mundo finalizan la educación primaria (se refieren a los primeros cinco años de educación obligatoria entre los 5 y los 11 años) el 60% de las niñas. Sin embargo, en la encuesta internacional que se hizo los que más cerca estuvieron de esta respuesta correcta fueron los suecos, que contestaron el 11%.
Segunda. Nivel de ingresos. En los países de ingresos medios, que representan el 76% de la población mundial es donde más gente vive. Los encuestados que estuvieron más cerca de la respuesta correcta fueron los habitantes de Corea del Sur y los de EEUU, que situaron el porcentaje cerca del 40%.
Tercera. Pobreza extrema. En los últimos 20 años, la proporción de población mundial que vive en condiciones de pobreza extrema se ha reducido a la mitad. Sin embargo, los más cercanos a la realidad fueron los encuestados suecos, que fijaron el porcentaje en el 25%.
Cuarta. Esperanza de vida. La respuesta correcta es 70 años. Respondieron correctamente el 49% de los encuestados.
Quinta. Número de niños futuros. Actualmente hay 2000 millones de niños en edades comprendidas entre los 0 y 15 años. En 2100 habrá la misma cantidad de niños. Solo respondieron correctamente el 40% de los encuestados.
Sexta. Más personas en el mundo. Según la ONU en 2100 la población mundial habrá aumentado en 4000 millones más, pero porque habrá más población adulta (habrá más supervivencia). Solo acertaron el 36% de los encuestados.
Séptima. Catástrofes naturales. En los últimos cien años, el número de muertes debidas a catástrofes naturales ha disminuido a menos de la mitad. Solo acertó el 16% de los encuestados.
Octava. Dónde vive la gente. De los 7.000 millones de personas que hay en el mundo, 4.000 viven en Asia. Sólo acertaron el 34% de los encuestados canadienses y el 21% de los belgas.
Novena. Vacunación infantil. El 80% de los niños de un año han sido vacunados contra algún tipo de enfermedad. Solo acertó el 21% de los encuestados suecos y el 6% de los franceses.
Décima. Educación femenina. Los hombres de 30 años han asistido al colegio una media de 10 años. Las mujeres de la misma edad han asistido una media de 9 años. Sólo acertaron el 32% de los encuestados húngaros y el 8% de los noruegos.
Undécima. Animales en peligro de extinción. En 1996 estaban en peligro de extinción los tigres, los pandas gigantes y los rinocerontes negros. En la actualidad, ninguna de estas especies está en peligro. Sólo acertó el 20% de los encuestados japoneses y el 3% de los húngaros.
Duodécima. Electricidad. El 80% de las personas del mundo tienen acceso a la electricidad. Sólo acertó el 32% de los encuestados noruegos y el 14% de los españoles.
Trigésima. Clima. Los expertos creen que en los próximos 100 años la temperatura media será más alta. Acertaron el 94% de los encuestados húngaros y el 76% de los japoneses.
En media global, solo el 10% de la población total encuestada respondió mejor que el grupo de chimpancés a los que se les sometió a estas preguntas y respondieron de forma aleatoria, en una especie de juego programado.
En definitiva, antes de que demos respuesta a todos estos problemas, los autores nos dan una serie de consejos y diez reglas de oro, que nos ayudarán a tener una visión más veraz del mundo. Merece la pena leerlas y reflexionarlas.