Asustada y desprotegida. Así se siente J.M.M., una vecina de uno de los chalés de Loma Margarita, en Ceuta, cuya familia fue víctima de un robo durante la madrugada del lunes a martes. Lo peor de todo es que desconocen cómo sucedieron los hechos, pues no escucharon nada ni percibieron algo extraño durante esas horas.
Presume que esto pudo haber ocurrido entre las 3:00 y las 6:00 de la mañana, cuando cree que varios delincuentes habrían accedido a la habitación de su hijo de 40 años, apropiándose de tres teléfonos móviles, una riñonera con herramientas de trabajo, uniformes con sus respectivas etiquetas y otras tantas pertenencias que todavía no han podido contabilizar entre el desorden que dejaron a su paso.
La denunciantes señala que los ladrones no forzaron la entrada y que no fue sino hasta la mañana cuando su hijo se percató de que algo había ocurrido, al ver su habitación revuelta y darse cuenta de que faltaban objetos. Además, el hombre se despertó “aturdido” y con dolor de cabeza, sin entender lo que había ocurrido, lo que hace sospechar a J.M.M. que quienes entraron a robar le habrían colocado alguna sustancia para inmovilizarlo, aunque el hombre no acudió a una revisión médica para poder comprobarlo.
Tras lo ocurrido, tanto el esposo como el hijo de la mujer tuvieron que irse a trabajar, por lo que ella se quedó en casa en compañía de su nieto.
De momento no han presentado denuncia ya que tras llamar al 112 se le requirió que acudiera personalmente a denunciar en la Jefatura para poder indicar lo que había ocurrido. Al no querer abandonar la vivienda, prefirió no hacerlo. “No voy a denunciar porque al final no va a servir de nada”, asegura llevada por la situación ocurrida.
Ahora optará por reforzar las entradas o cualquier acceso a la vivienda como medida de protección, para impedir que esto vuelva a suceder. Presume que los delincuentes habrían entrado por la azotea, pero insiste en que ninguno de los habitantes del hogar (ella, su esposo y su hijo) escucharon absolutamente nada.
Para J.M.M. no se trata de lo que se llevaron sino del hecho de que personas extrañas, con malas intenciones, hayan entrado en su hogar, sin que ellos hayan podido darse cuenta, violentando su intimidad y dejándolos con un gran temor ante la posibilidad de que pueda llegar a ocurrir nuevamente.
No es la primera vez que sucede. Esta semana la Policía detuvo a dos implicados en un robo que entraron en una casa mientras sus moradores dormían.
Raro muy raro .
Estos alemanes no paran.