La todavía concesionaria del servicio de limpieza de los colegios de Ceuta, Servilimpsa, a la que la Ciudad ha obligado a seguir haciendo ese trabajo hasta que se complete la licitación y adjudicación de un nuevo contrato, ha dejado insatisfechos a los responsables de los centros educativos en la recta final del curso 2022-2023.
Tras la multitud de problemas que ha arrastrado la prestación del servicio, la empresa solamente mantuvo a dos trabajadores desde la finalización de las clases, con lo que en algunos centros no se realizó ninguna tarea de limpieza y mantenimiento durante siete días a pesar de que la actividad continuaba aunque no fuese lectiva.
Según fuentes de los equipos directivos, la situación puede ser todavía peor cuando arranque el próximo curso. Los docentes deberán estar en sus puestos el 1 de septiembre, pero la empresa ha anunciado que no empezará a prestar su labor hasta el 29 de agosto, prescindiendo de hecho de la tradicional “limpieza de choque” que habitualmente comenzaba entre el 15 y el 20 de ese mes para tener los centros en perfecto estado de revista tras las vacaciones estivales. Los colegios aún mantienen personal y actividad, sobre todo del Convenio MEFP-Ciudad, para la entrega de los cheque-libros (que se ha ampliado hasta el 15 de julio), la culminación del papeleo administrativo y otras tareas.
La Ciudad dice que estará "encima" de Servilimpsa y de su labor
Fuentes de la Consejería de Educación han explicado que la administración local permanecerá vigilante sobre el comportamiento de la concesionaria del servicio de limpieza de colegios, que aunque está en prórroga obligada de su contrato sigue teniendo que hacer frente a sus cometidos.
El Gobierno local no prevé poder completar la convocatoria de un nuevo concurso con un presupuesto de alrededor de tres millones de euros y su resolución hasta principios del año próximo.
“Vamos a estar encima de la empresa para que cumpla, pero nos tememos que la situación va a ser complicada”, han asumido desde el Ejecutivo de Vivas, que no descarta incluso la apertura de diligencias o expedientes si fuese necesario para evitar que la actitud de la empresa haga “muy complicado” el inicio del próximo curso.