Los medios de comunicación apostados en la frontera del Tarajal, que separa Ceuta de Marruecos, han podido entrar hasta el corazón del espacio fronterizo, ese lugar que durante más dos años ha estado cerrado y en obras, ese lugar que parecía que nunca iba a abrir. A las doce de la noche lo hará, permitiendo la entrada y salida de los que no han esperado por más tiempo a cruzar esa línea divisoria entre dos países que ha dejado a uno y otro lado familias separadas y cuantiosos dramas.
La entrada de vehículos y personas será por el mismo lugar de antes a falta de que se limen algunas incidencias para recuperar la tranquilidad absoluta, dentro de lo que se puede hacer en medio de una obra como la que ha dirigido el Ministerio del Interior para lavar algo más que la cara de una frontera que dejaba mucho que desear.
La obra terminará en semanas y de momento se pueden apreciar los cambios alcanzados. En el mismo corazón de la frontera, en ese espacio que hasta la fecha estaba vetado, han estado los medios de comunicación esperando la apertura del paso fronterizo. Y así han podido comprobar la tranquilidad que se siente en el lado español y en el marroquí, en donde se han desplegado cuantiosos agentes de ambas fuerzas de seguridad de los dos países para evitar consecuencias mayores o incursiones no deseadas.
La seguridad más absoluta se mantiene en esta zona, en donde se espera la inminente llegada de autoridades para simbolizar ese encuentro entre los dos países que retomarán las conexiones terrestres en Ceuta y Melilla, después de que hace un mes hicieran lo mismo por vía marítima. Es la normalidad que ahora se espera que dé más frutos con una auténtica cooperación entre países y con la aspiración de instaurar la aduana comercial.