La Hermandad del Rocío de Ceuta ya se prepara para la romería de este año. Y muestra de ello es lo que se ha vivido este domingo en el Teatro Auditorio del Revellín. La espera se ha hecho un poco larga a causa de la pandemia de la Covid, pero las ganas por volver al camino no han cesado, sino todo lo contrario, se han avivado aún más. ‘Una noche en el camino’ ha sido el ejemplo de todo lo que se espera de este 2022. Algo más de una hora ha sido lo que duró este acto, que ha consistido en una simulación de lo que es la peregrinación de la Hermandad caballa hasta la ermita de la Blanca Paloma.
Las palabras que abrieron esta celebración fueron de la mano de la jerezana Paqui Durán, quien ya es conocida en la ciudad autónoma por el pregón que ofreció a la Hermandad rociera en el año 2012. La relación que mantiene es estrecha y no faltó a la jornada. Los primeros minutos se dedicaron a todo lo que se ha sufrido durante todo este tiempo atrás de pandemia. Respeto por los que ya no están y agradecimientos a los que permanecen. El aplauso de los allí presentes no faltó. Ahora la primavera ha vuelto a florecer, el sol ha salido de entre las nubes y regresan las viejas costumbres. Entre ellas, la peregrinación a la aldea rociera.
El Auditorio permaneció oscuro, símil de la noche. Los focos estaban colocados de manera que incidieran por encima de Paqui Durán, así como de los hermanos rocieros que ofrecieron un recital de sevillanas. Algunas de ellas fueron ‘Mi camino comienza’, ‘Quítale la funda al traje’, ‘Mi sitio está delante’, ‘Ya vienen los almonteños’ o ‘La misa ya comenzó’. El baile no faltó, el taconeo de los zapatos encima de las tablas retumbó, igual que lució el espectáculo de sevillanas.
Esta fiesta de la primavera se vivió gracias a este grupo de hombres y mujeres. Ellas portaban el traje de flamenca. Tono azul, estampado floral o negro y todas con su flor en la cabeza. Ellos llevaban americanas, camisa y pantalón. Vestuario típico para esta celebración.
Una hoguera alumbraba y calentaba a los almonteños. Todos ellos sentados en sillas alrededor de ella. Una manera de calentarse en las noches rocieras. Las palmas, la guitarra, el tamborilero o panderetas también amenizaron junto a las canciones. El compás lo marcaba toda esta sinfonía.
Durante algo más de una hora, estos caballas revivieron el camino. De principio a fin acompañados de vídeos de años anteriores que mostraban momentos claves que se viven a lo largo de estas jornadas. Ya sueñan despiertos con lo que sucederá dentro de unas semanas. El Simpecado de esta ciudad volverá a brillar. Primero por las calles de Ceuta y luego tomará la senda hasta llegar a la ermita del Rocío.