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La salida de 82 residentes del CETI incluyó ayer la de tres familias argelinas, un colectivo que solo esporádicamente consigue el pase a la península.
La salida, ayer, de 82 residentes del CETI fue distinta a las organizadas últimamente ya que la población argelina logró ser, en parte, protagonista. Tres familias acogidas en el centro del Jaral habían conseguido ser incluidas en el listado de personas elegidas para marchar al otro lado. Parejas con niños pequeños mostraban la imagen de un colectivo que tiene más complicado su marcha y que se ha convertido en el segundo más importante. Solicitantes de asilo, llevaban tiempo esperando su oportunidad tras meses en Ceuta.
Junto a ellos marcharon decenas de subsaharianos, que serán atendidos inicialmente por varias oenegés repartidas por distintos puntos de la península. La salida de ayer se suma a la de otros 80 que partieron el lunes, con lo que el centro se ha puesto al día en el ritmo de traslados después del parón de Semana Santa y del temporal. El CETI va recuperando las cifras de acogida acordes con el número de plazas de que dispone, lo que permite la recuperación de programas y clases devolviendo una ‘rutina’ que permite mayor control por parte de los trabajadores.