Antonio J. Ruíz Moya, presidente del Colegio de Farmacéuticos local, se mostró “halagado” y “satisfecho” en su nombre y en el del resto de sus compañeros de profesión por la distinción que ayer recibieron. Un reconocimiento que dijo portar con “orgullo” e incluso con la esperanza de poder “enaltecerlo” con su trabajo. Un trabajo que “hunde sus raíces en los albores de la humanidad” y que siempre ha estado sometido especialmente “a la pureza”.
Ruiz Moya realizó un breve recorrido histórico el desarrollo de la profesión e incluso por el del Colegio de Ceuta, del que contó que en 1934 le ordenaron dependen de Tetuán y, ya entonces, se negaron alegando que Ceuta no era parte del Protectorado. Dos años más tarde los dirigentes recapacitarían y permitirían la creación de un Colegio de Farmacéuticos ceutí.
Este reconocimiento tiene más valor todavía si se tiene en cuenta la situación actual que está viviendo el colectivo a nivel nacional. En la edición de ayer, el propio Ruiz Moya denunciaba que “pasamos por una situación complicada. Ningún recorte sanitario practicado hasta la fecha ha sido de índole estructural. Todo el peso está recayendo sobre el gasto farmacéutico”. A nivel nacional la situación es crítica, con algunos farmacéuticos llamando a la huelga y teniendo que adoptar medidas extremas. La suma de todo ello hizo que fuera “un orgullo” para ellos que la Ciudad les homenajee en su 75 aniversario.
El presidente del Colegio deseó que el galardón recibido “nos sirva de acicate en nuestro trabajo diario” y que les permitiera seguir prestando el mejor servicio posible haciendo llegar a quienes lo necesitan los medicamentos con agilidad, certeza y diligencia.