La titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Ceuta ha dejado visto para sentencia el juicio sobre la brutal agresión cometida contra profesionales sanitarios del 061 en 2019, cuando acudían a una vivienda a prestar asistencia médica. Este suceso, que puso en pie de guerra a los sanitarios ceutíes que llevaron a cabo varias manifestaciones pidiendo protección para el colectivo, ha tenido ahora su respuesta judicial con la celebración de la vista oral.
El acusado no ha comparecido a la vista, como ya hiciera en una cita anterior que tuvo que suspenderse, pero Fiscalía ya había rebajado la petición de pena a 2 años de prisión por el delito de atentado para que así pudiera celebrarse en su ausencia como ha ocurrido este lunes. Tras escuchar las versiones de los sanitarios y de un agente de la Policía Local, la Fiscalía y la Acusación Particular han seguido con su escrito de calificación inicial, mientras que la Defensa ha solicitado la libre absolución de su representado y, de ser condenado, que se le aplique una atenuante por haber actuado bajo los efectos de sustancias estupefacientes.
Además, al acusado se le pida una multa de 3 meses a razón de 15 euros por cada uno de los 4 delitos leves de lesiones. Como responsabilidad civil el pago de la cantidad de: 720 euros al médico, 1.125 al técnico de emergencia, 900 euros a la sanitaria, otros 900 al conductor de la ambulancia y 202,39 euros al Ingesa por la rotura de un teléfono móvil.
Los hechos a los que se ha hecho referencia en este juicio ocurrieron el 3 de julio de 2019. El médico, que fue el primero en sufrir la agresión, ha señalado que recibieron un aviso, sobre las 19:00 horas, para acudir a la calle Puyuelo de Domenech por una persona que supuestamente había entrado en convulsión. “Al llegar al domicilio, comprobamos que había una persona en el pasillo tumbada, a priori con movimientos anómalos, y a una mujer con un bebé en una de las habitaciones”.
El relato con detalles de lo que ocurrió aquel día
Ante eso, el médico decidió que los compañeros sacaran a la mujer y el bebé de la habitación, mientras él se ocuparía de la persona que se encontraba tumbada en el pasillo. “Al principio pensé que podía ser una bajada de azúcar por lo que pedí a la enfermera glucosa. Nada más agacharme, me cogió de la pierna, me zarandeó y empezó a darme puñetazos”. Asimismo señaló que tras agredirlo a él, se fue contra la sanitaria, a la cual cogió del cuello, la apretó y tiró contra un sofá. “Menos mal que retiramos una mesa de cristal previamente, sino podríamos estar hoy aquí juzgando un delito de homicidio”. Además, el médico destacó que se dirigió tanto en árabe como en español al acusado pero que este hizo caso omiso. “Reclamo porque nos protejan, y no nos agredan más cuando vayamos a hacer nuestro trabajo”, ha dicho.
Otro de los agredidos, un técnico sanitario, ha reflejado que cuando llegaron se puso a atender a otra persona y al escuchar los gritos se giró y vio cómo estaban agrediendo al médico y posteriormente a la sanitaria. “La agarró del cuello y la tiró contra un sofá que había. Menos mal que quitamos la mesa de cristal”, señaló como su compañero. “Mis compañeros pueden huir, yo estaba arrinconado por lo que se vino para mí y empezó a agredirme. Me cogió del cuello y empezó a darme puñetazos”. El técnico añadió que gracias a un familiar que le agarró la pierna pudo escapar del domicilio.
A preguntas de la Defensa, que se basó en reflejar que su representado tenía signos de abstinencia, los sanitarios indicaron que estaba agitado pero que era consciente de todo lo que estaba realizando.
“Me estampó contra la pared y me dio puñetazos”
El técnico sanitario que era conductor de la ambulancia ha indicado que sus compañeros subieron antes y él un poco más tarde porque estaba estacionando. Ha indicado que una vez estaba entrando por el portal, escuchó al médico solicitando su ayuda por lo que subió rápidamente. “Al llegar veo cómo tiene cogida del cuello a la compañera y la desplaza. Me puse en medio para que no la volviera a agredir y es cuando me estampa contra la pared y me da puñetazos”. Asimismo ha destacado que el acusado se gira para coger un objeto, momento que aprovechó para escapar y huir de la vivienda. Además reclama por las lesiones ya que estuvo 13 días de baja y “me lo quitaron del sueldo”.
Una de las versiones más clara fue la ofrecida por la sanitaria. Ella ha señalado que subieron al domicilio por una posible convulsión. Una vez llegan a la casa y ven la situación deciden, por protocolo, retirar una mesa de cristal. “Lo primero que pensamos es que era una bajada de azúcar, pero al agacharse el médico, el señor empezó a golpear al médico”.
Además, ha indicado, que una vez lo agrede y consigue escapar el médico, se fue hacia ella y la arrinconó para no tener salida. “Se levantó, se dirigió a mí, me arrinconó y me cogió del cuello apretándome fuerte y dejándome casi sin respiración”, ha añadido. Segundos después “me cogió de los hombros y me tiró contra un sofá”, en ese momento fue cuando aprovechó para salir corriendo por la puerta. Una vez salió del domicilio, llamó con su móvil personal al 112 reclamando la ayuda de la Policía, ya que el móvil de la unidad y las gafas de la sanitaria habían sido rotos por el acusado. “Lo que reclamo fundamentalmente es protección para los sanitarios, y con esto quiero que se lo piensen dos veces, que sepan que hay consecuencias importantes”.
El último en declarar ha sido el agente de la Policía Local que fue requerido por la Sala. Ha indicado que cuando llegaron a las inmediaciones de la vivienda, el equipo sanitario estaba en la calle “muy nervioso” y “nos explicaron lo que había ocurrido”. Por eso, los agentes decidieron subir al domicilio y le atendió una mujer en la puerta. El agente destaca que ella les indicó que no sabía qué le había pasado a su marido pero que había agredido a los sanitarios. Por eso decidieron entrar en la vivienda y se encontraron al acusado sentado en una silla muy relajado. “Le dijimos que qué había pasado, estaba muy tranquilo, y nos dijo que no recordaba nada. Le explicamos lo que había sucedido y que teníamos que detenerlo y no opuso resistencia”.
Por último, el agente ha señalado que lo llevaron a Urgencias porque tenía magulladuras en los puños y el protocolo marca que tienen que aportar un parte médico antes de llevarlo a Jefatura.
El Ministerio Fiscal pide una sentencia condenatoria
En el curso de los informes, el Ministerio Fiscal siguió pidiendo una sentencia condenatoria y señaló que hay claramente un delito de atentado por lo señalado por los sanitarios. Asimismo ha destacado que los sanitarios han indicado la virulencia de las agresiones con total verosimilitud y que no consta en ninguno de los documentos aportados a la causa que el acusado estuviera bajo el consumo de alcohol o droga, por lo que a su juicio no debería haber ninguna atenuante en la pena.
La Acusación Particular ha ido en la misma línea, destacando que uno de los letrados ha pedido que la pena sea sustitutiva a la expulsión del territorio peninsular al ser una persona marroquí y que carece de la nacionalidad española.
Por último, la Defensa ha solicitado la libre absolución de su presentado. Ha reflejado su defensa en que el acusado estaba bajo los efectos del Trankimazin por lo que no estaba en sus facultades. El relato del acusado en Instrucción, para el letrado, es acorde a estar bajo la sustancia de los estupefacientes ya que indicó que “no se acordaba de nada”. Además indicó que ya le ha ocurrido en otras ocasiones y en 2018 tuvo que ser atendido por “autolesionarse”. Indicó finalmente que der ser condenado, se le aplique un atenuante.
Osea, que el acusado no aparece y esta incomparecencia, lejos de causarle mayores problemas, le beneficia porque el fiscal rebaja la pena iniclalmente solicitada 2 años (mágica cifra judicial esta de los 2 años) para que pueda celebrarse el juicio. Tiene cojones la legislación española. Legisladores, jueces, pueblo, despertad de una p*** vez.