Con algunas imágenes que son expresión de humanidad y solidaridad. Así termina el 2021, con el recuerdo del abrazo de la voluntaria Luna a un joven migrante que lloraba desconsolado tras llegar nadando a la Playa del Tarajal o el rescate de un Guardia Civil a un bebé en el mar. Ambas fotografías se tomaron en medio de la crisis migratoria que se produjo a finales del mes de mayo en la frontera con Marruecos, cuando miles de personas entraron irregularmente en Ceuta.
Una de las instantáneas que se convirtió en símbolo de solidaridad y que dio la vuelta al país este año fue la del agente del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS) Juan Francisco, rescatando a un bebé del agua. El agente contó lo "traumático" que resultó ver cómo muchos padres se lanzaban al agua con sus hijos amarrados como podían y, sobre todo, el hecho de no poder salvar a una persona que falleció ahogada, en medio de la crisis migratoria en Ceuta.
"Había padres y madres con hijos amarrados como podían, con telas, ropas, se tiraban al agua como fuese, y cada vez que los veíamos, nos íbamos al agua", explicó Juan Francisco en declaraciones a la COPE recogidas por Europa Press.
Los migrantes, según recordaba, se lanzaban al agua con lo que tuvieran a mano, desde flotadores de juguete, hasta botellas vacías o trozos de corcho. Los agentes de la Guardia Civil estaban atentos, sobre todo, a las personas más vulnerables, aquellas que tenían más dificultades para mantenerse a flote, como los niños o los mayores.
"Fueron muchos niños, muchos bebés y muchas personas mayores que también lo pasaban mal", señalaba Juan Francisco. Uno de ellos fue el bebé al que se podía ver en una fotografía difundida por la Guardia Civil, en el momento del rescate.
Otra de las imágenes que resultó ser expresión de solidaridad este año fue la de la voluntaria de Cruz Roja Luna Reyes dando un abrazo y consolando a un migrante que acababa de llegar nadando a la playa del Tarajal, también en medio de la crisis migratoria.
A pesar de ser una fotografía que mostraba humanidad, Luna fue duramente criticada en Internet recibiendo insultos machistas y racistas por abrazar al joven migrante, por lo que decidió cerrar sus redes sociales. Si bien, a los ataques de odio, le siguió una ola de apoyo a la voluntaria por su gesto humanitario.
El propio presidente de Cruz Roja Española, Javier Senent, aseguró, en una entrevista con Europa Press, que es "un orgullo" ver la labor que realizan los voluntarios de la organización con los migrantes que llegan a España, como en la entrada masiva en Ceuta, y precisó que "a veces no hay que dar una manta sino un abrazo", al igual que hizo la voluntaria Luna.
"Son testimonios impactantes y para nuestra gente que los vive, esos momentos son muy emotivos. Luna es una persona que ha vivido ese momento y hay veces que en un caso de estos no consiste en dar una manta sino que a lo mejor hay que dar un abrazo", subrayó Senent.
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