Los familiares de la joven asesinada estuvieron ayer muy atentos a todo lo que pasaba en el juicio y tratando de contener los sentimientos de emoción, dolor, rabia e impotencia que invadían el ambiente.
Si ayer había un grupo de personas que centraba todas las miradas del personal que estaba en las dependencias judiciales esos eran los familiares de Ikram Chaib, la joven muerta a manos de su pareja en julio del año 2009. Latifa Al-Lal y Abdelmalik Chaib, padres de la chica, Farid Chaib, hermano de Ikram, y dos hermanas más esperaron pacientemente desde primera hora en la puerta de la sala de vistas de la Audiencia. Ellos se enfrentaban a uno de los momentos más duros vividos desde la desaparición de la joven. Ayer iban a tener frente a frente a la persona que les arrebató la vida de Ikram. Una persona con la que algunos no se llevaban bien. Una persona a la que ninguno de ellos quería tener que ver nunca más.
Una de las que se mostró más afectada fue Latifa Al-Lal, madre de la chica asesinada. Ella resumió los momentos que estaban viviendo con el juicio como “muy, muy duros” y aseguró que esperan que hubiera justicia, aunque tenía claro que “mi hija ya no va a volver de todos modos”. Quizá por eso aseguraba en relación con su confianza en el proceso judicial que “me da igual la pena que le pongan porque yo sé que de la cárcel se termina saliendo, sin embargo, mi hija ya no volverá jamás”. Esa, precisamente, era una idea que no se borraba ayer de su mente, que nadie le podrá devolver jamás a Ikram.
Farid Chaib, hermano de Ikram, confirmó por su parte que lo estaban pasando bastante mal con todo el juicio y solicitó públicamente que se hiciera justicia. “Queremos que cumpla la mayor condena que sea posible y que se lo lleven a su país de origen -aseguraba- y si es posible que lo lleven allí a cumplir la condena”. Desde su punto de vista, que también compartía su madre, en las cárceles españolas Marvin sólo tendrá “comodidades”. Una idea muy lejana a la que ellos, y cualquier persona en una situación similar, tiene de lo que debe ser la prisión para un homicida.
El padre de Ikram, Abdelmalik Chaib, también se mostró muy emocionado por todo lo que sucedía en el juicio y aseguraba que “esta ley no es la que vale. La única ley verdadera es la divina”. El hombre explicaba que según esa ley “en el otro lado se recoge lo que se ha sembrado en éste. Si uno sembró odio y maldad recogerá eso mismo”. Eso es lo que él espera que esté reservado para Marvin cuando le llegue el momento del juicio definitivo, “el de verdad”, el del otro lado. De hecho, Abdelmalik explicó sobre la muerte de Ikram que era “como si Dios te hubiera dado cinco dedos y de pronto te cortara uno”. Doloroso e inesperado, un golpe que cuesta superar. Las dos hermanas de Ikram se quedaron en un segundo plano, emocionadas y compungidas, casi sin poder evitar llorar. Todos fueron respetuosos y mantuvieron el orden.
Apoyo. La familia estuvo unida en el juicio
Tanto los padres de Ikram como sus tres hermanos estuvieron muy unidos durante todas las esperas e intermedios que se produjeron en el juicio. Se les vio muy unidos y prestándose apoyo mutuo en un momento tan complicado y en el que los sentimientos estuvieron a flor de piel en todo momento.
Acceso. Algunos familiares acudieron como testigos
En la sala de vistas de la Audiencia Provincial pudo verse al padre de Ikram, Abdelmalik Chaib, y a dos de las hermanas de la joven desaparecida. El resto de personas no accedió al acto del plenario por encontrarse citados como testigos. Éste hecho evitó que tanto la madre como el hermano de la chica asesinada pudieran ver cómo Marvin admitía que había sido el autor material del homicidio.
Justicia. Confianza relativa en el resultado del juicio
La confianza de los más allegados a Ikram en el funcionamiento de la Justicia es relativa. Aunque confiaban ciegamente en que el hombre que mató a la joven saldría condenado, ninguno de ellos creía que existiera una pena de prisión suficiente como para cubrir sus expectativas y sus ansias de justicia real.
Cárcel. Piden que cumpla la pena en su país
Aunque los familiares de Ikram son conscientes de la imposibilidad de que su deseo se cumpla, tienen claro que querrían que Marvin cumpliera la totalidad de la pena de prisión que se le impusiera en su país de origen, y no en Barcelona como es la intención del hombre. Para ellos, que cumpla en España sería demasiado poco duro.