Aunque no es la primera vez que Juan Echanove viene a Ceuta, pues ya antes había rodado cine en la ciudad, en esta oportunidad su regreso lo marca ‘La Fiesta del Chivo’, la obra maestra del premio Nobel de literatura, Mario Vargas Llosa, adaptada por Natalio Grueso y dirigida por Carlos Saura. Sus expectativas son máximas y antes de un viaje que le hacía mucha ilusión, contó a El Faro un poco más sobre la obra que se presentará este viernes, a las 21.00, en el Teatro Auditorio Revellín, y de lo que ha significado para él.
–¿Cuántas presentaciones se han hecho y cómo ha sido el recibimiento del público?
–Llevamos prácticamente 300 representaciones, estamos acabando la gira y realmente a lo largo de estos casi dos años y pico de exhibición, la respuesta en todos los sitios ha sido prácticamente unánime, la obra ha sido dispensada con una acogida brutal y todo lo que se ha escrito y dicho sobre ella, pues la verdad es más de lo que yo te pueda decir.
–¿Qué tiene de fascinante esta historia?
–Yo creo que cuando uno lee una novela, se hace todo un universo imaginario en la cabeza, pone su propia voz a todos los personajes, los identifica con determinadas formas de ser, pero la potencia que tiene el teatro es que es capaz de suspender por un momento esa voz interior de cada uno para dejarse llevar por la dramaturgia, por la puesta en escena. Y yo creo que esta obra lo que tiene es que de una historia verdaderamente mágica y maravillosa que es ‘La Fiesta del Chivo’ de Vargas Llosa, se ha conseguido hacer una adaptación, a través de la cual fluye una historia central nuclear de la propia novela, que no es otra cosa que el personaje de Urania Cabral, la hija del presidente del Senado, Agustín Cabral, que vuelve a República Dominicana 30 años después de haber tenido que huir de su país y de su familia porque su padre, que había caído en desgracia en el régimen, por volver a estar en gracia con el régimen, otorga a su propia hija de 13 años en sacrificio sexual al dictador Trujillo.
"Yo creo que cuando uno lee una novela, se hace todo un universo imaginario en la cabeza”
Ella consigue escapar de milagro a los Estados Unidos y al cabo de 30 años vuelve a ajustar cuentas con su padre, que es un guiñapo en silla de ruedas. Y de esa conversación que tiene esa hija con ese padre ausente, se crean, por la dramaturgia teatral todas esas escenas en las que se cuentan cómo es posible que la gente perdiera la dignidad de una manera tan evidente, y todo eso el espectador lo vive tangiblemente a través de la puesta en escena.
–¿Hay un reto mayor en interpretar papeles que están basados en historias reales?
–No es un reto mayor, sencillamente cuando tiene que ver con hechos reales hay que ajustarse a la realidad histórica; es decir, eso ya lo hace perfectamente Vargas Llosa en su novela. Nosotros no hemos tenido que ser pulcros con la historia, sino con Vargas Llosa.
–¿Cuáles son esos elementos de esta adaptación que marcan la historia?
–Escoger la línea de esa hija que vuelve. A través de ese ajuste de cuentas de la hija y su padre, es cuando se crea todo el árbol de ‘Fiesta del Chivo’, esos son los elementos. Luego, lo que tiene el montaje de Carlos Saura es que aporta a ‘La Fiesta del Chivo’ una economía de medios y una decisión de dejar toda la responsabilidad del relato al elenco de los actores que, en su momento, están apoyados únicamente por los elementos necesarios para contar la historia, que no son más que un trono, una silla y una pantalla de proyección. Lo que viene siendo un montaje de teatro normal, todo eso incide en que el espectador siga una historia y realmente haya momentos en los que se le ponga el pelo de punta.
–¿Cómo es el Trujillo de Juan Echanove?
–Yo creo que las características que lo definen son bastante elocuentes, ya la propia historia habla de un dictador tirano, megalómano, dado a los placeres y excesos, amoral y genocida; es decir, estos son los materiales con los que hay que construir a Trujillo. Yo ya sabiendo que todo esto se sabe de él y que esto es un punto nuclear de la propia novela y del propio montaje teatral, me preocupé en todo momento de que todo lo que hiciera y dijera en escena, resultara creíble, que el trazo con el que lo hiciera, fuera el trazo de lápiz más fino que yo pudiera utilizar y la verdad es que estoy contento con ello porque me permite, incluso, al hacerlo cada noche, tener vivas todas las sensaciones.
"Yo creo que esta obra lo que tiene es que de una historia verdaderamente mágica y maravillosa”
–¿Para los no conocedores de la obra de Vargas Llosa que podría significar esta adaptación?
–Yo creo que si alguien no se ha acercado a Vargas Llosa y a través del montaje de ‘La Fiesta del Chivo’ siente curiosidad, se va a encontrar con una aportación a la novela que de alguna manera también es una historia que está dentro, quiere decir que no resulta una opinión sobre la novela, sino escoger una línea de narración y tirar por ahí, y eso es lo que hizo Natalio Grueso con la adaptación. Eso la gente que no conozca a Vargas Llosa y la gente que conozca a Vargas Llosa evidentemente va a encontrar ‘La Fiesta del Chivo’ aunque eche de menos algunas determinadas situaciones.
–¿De todos los papeles que ha interpretado qué significa este en particular?
–Tiene dos significados, uno el presente y yo soy una persona que soy un adicto al presente; es decir, los recuerdos no son más que recuerdos para mí y el futuro es una actitud, pero yo vivo el presente y ahora ‘La Fiesta del Chivo’ es lo que me hace ser actor todas las noches, pero también te diré que estos dos años que se van a cumplir ahora de puesta en escena de ‘La Fiesta del Chivo’ y de recorrer todo el país, para mí siempre será un personaje atado a un momento histórico que me tocó vivir como a todos los españoles, un momento de incertidumbre, de miedo, de dolor, de sorpresa, de ilusión, de muchísimas cosas, todas revueltas, que nosotros hemos ido recogiendo a través de una gira muy larga. Entonces para mí, el personaje de Trujillo y en concreto el montaje de la pieza siempre será uno de los montajes más importantes de mi vida, porque con ese vehículo me he recorrido toda España y he tenido la maravillosa oportunidad de vivir en mi propia persona las realidades distintas frente a lo que nos estaba pasando.