El Fiscal defiende que el acusado robó una moto, utilizó algunas piezas y luego denunció la sustracción de su motocicleta para evitar ser detectado por la Benemérita.
La magistrada del juzgado de lo Penal número uno dejó ayer visto para sentencia el juicio celebrado contra un joven acusado de cometer un delito continuado contra la administración de Justicia por denuncia falsa y otro de receptación. Por el primero, el Fiscal solicitó la imposición de una multa de 3.000 euros (diez meses a diez euros la cuota diaria). Por el segundo delito, la acusación pública pidió un año de prisión. La defensa sostuvo la inocencia de su cliente y solicitó la libre absolución del acusado.
Los hechos por los que el acusado se sentó en el banquillo tuvieron lugar en el último trimestre del año pasado. Según se dijo durante el juicio, el perjudicado denunció la sustracción de su motocicleta. Se trataba de una Honda que estaba recién comprada y que él aparcaba en su garaje. Poco tiempo después de la denuncia, un familiar del perjudicado recibió información que le hacía sospechar del acusado, y por ello realizaron varias gestiones en la Benemérita para que el sospechoso acudiera al cuartel con su motocicleta y poder comprobar si las sospechas eran ciertas. El joven aceptó, pero llegado el momento del encuentro aseguró que le habían robado la moto, por lo que nunca pudieron comprobarlo. Finalmente, la Policía registró un cuartillo del acusado y encontró una motocicleta Honda con las carcasas de la moto sustraída, según dijeron tanto un agente como el denunciante. Este último dijo haber reconocido las carcasas porque tenían unos arañazos muy característicos que él le hizo al intentar aparcarla.
El acusado, por su parte, negó todos los hechos y trató de justificar todo lo sucedido. Primero explicó que las piezas que tenía su moto las había comprado en Marruecos, en un taller oficial, donde se había ahorrado un dinero importante. De esta forma aseguró que no creía que las piezas fueran robadas, ya que él mismo las había adquirido de forma regular.
Sobre la denuncia de sustracción de su motocicleta, el joven afirmó que se la habían robado el día 29 de octubre y que la había recuperado en Marruecos el día 15 de diciembre. La magistrada puso en duda la veracidad de la factura aportada, puesto que le resultaba extraño que en un taller oficial de Marruecos le dieran un documento en castellano. Igualmente, a la jueza le extrañó la forma de recuperación de la motocicleta, ya que el joven dijo haberla visto en la calle en Castillejos, haberse acercado a un policía marroquí, haberle dado 50 euros y haberse llevado el vehículo.
Por su parte, la defensa pudo en duda el trabajo policial al entender que había diligencias importantes que no se habían aportado al procedimiento, como la de reconocimiento de las carcasas por parte del denunciante.
La representante del Fiscal entendió como acreditado que el acusado fuera culpable. Dijo que el origen de las denuncias que interpuso era falso y que las hizo con la intención de ocultar el robo del que él se había beneficiado. Por su parte, la defensa no consideró al joven autor de ningún delito. Alegó que el Fiscal no había acreditado que el acusado hubiera cometido algún hecho delictivo e insistió en que la compra se hizo de forma regular.