Las enfermeras Caridad Blanco Rodríguez y Concepción Iglesias Cote, y la médico Cleopatra R’Kaina Liefsi, de la Consejería de Sanidad de Ceuta, se levantan cada mañana temprano para montar a las ocho y media todo el operativo destinado a vacunar cada día a más de 300 personas. Están siendo jornadas intensas de trabajo para ellas con citas por la mañana y por la tarde en el punto de vacunación del Palacio Autonómico, pero su área de trabajo no era esta por lo que han tenido que adaptarse a una nueva tarea.
“Si están congeladas hay que esperar a que se descongelen antes de empezar a cargarlas y, como suele llevar tiempo, unas compañeras empiezan a vacunar para que las personas citadas no tengan que esperar y otras siguen cargando el resto de vacunas”, cuenta la DUE Caridad Blanco, que desde que comenzó la pandemia como sanitaria de la Ciudad se ofreció “a poner lo mejor de mí en todo lo que se me encomendara para lidiar con la COVID-19, un enemigo difícil al que venceremos si ponemos todos de nuestra parte”.
Parece que ya se ve el principio de la luz al final del túnel, pero este colectivo, el de los sanitarios, a nivel personal está cansado, aunque la sensación que sienten de responsabilidad les hace volver cada día a inyectar esperanza. “Las horas de vacunación van en función de la disponibilidad de vacunas que tenemos. Si hay que trabajar una tarde, un sábado o un domingo pues se va. Las vacunas en las neveras no generan anticuerpos. El objetivo de la Ciudad es que si hay vacunas no se pierda tiempo en ser administradas y ahí estamos nosotras”.
Cuando pasen los años, el 14 de marzo de 2020 será una de esas fechas especialmente recordadas. Porque ese día cambió nuestra vida. Lo había hecho ya pero no lo sabíamos. Llevábamos un par de meses hablando de un virus que desde Wuhan, en China, se iba extendiendo por el mundo. Es el 11 de marzo cuando la OMS declara oficialmente la existencia de una pandemia y le da al virus el nombre de COVID-19. Ceuta no aparecería en la lista de lugares con contagiados hasta el 15 de marzo cuando se detectó el primer caso.
Ceuta ha recibido un total de 9.490 vacunas, de las que se han administrado 9.292 dosis
Estas tres sanitarias han estado ahí desde el principio. Han hecho de rastreadoras, seguimiento y apoyo a las personas con COVID, pruebas de detección en el punto que puso la Ciudad en el Ayuntamiento y ahora formando parte de su equipo de vacunación.
“Todo el mundo tenía miedos e incertidumbres, todo era diferente, y nuestras vidas cambiaron de la noche a la mañana. Podría contar mil historias, pero una me llegó al alma. Una chica embarazada en aislamiento, con muchas dudas y con miedo y que cuando dio a luz el día 26 de abril, me envió la foto de su bebé agradeciéndome lo que le había ayudado. Me emocioné al verlo y nunca olvidaré esos meses tan duros”, recuerda la DUE María Concepción.
El manejo de las vacunas es muy meticuloso y necesita cierta destreza, pero aún así la campaña está siendo un éxito. “Somos un gran equipo formado no solo por los que se ven en los medios de comunicación. Para que todo este proyecto funcione hay compañeros que se encargan de realizar los listados de las personas que vamos a vacunar, está el compañero que prepara las vacunas y material de inyección cada día, los cuerpos de seguridad y protección civil que las custodian, otros se preocupan de que tengamos el material que necesitamos y solventar cualquier imprevisto a lo largo del día, los trabajadores y voluntarios de Cruz Roja, el personal de limpieza, el que retira los contenedores con material de inyección, etc. Pero sin cada uno de ellos no sería posible”, explica Caridad.
Sobre los posibles efectos secundarios que puedan derivar de la vacuna, la doctora Cleopatra R’Kaina Liefsi aclara que “ningún medicamento es 100% seguro” y “efectivamente no podemos descartar que pueda haber efectos secundarios”.
“Las horas de vacunación van en función de la disponibilidad que haya”
Estos efectos, los más comunes, son dolor e inflamación en la zona de inyección, fatiga, dolor de cabeza, dolor muscular y de articulaciones, escalofríos y fiebre, “son leves o moderados y mejoran al cabo de unos días después de la vacunación”, explica Cleopatra. “Pero aquí lo que hay que evaluar también no es solo la seguridad, sino el riesgo-beneficio. Es decir, tienes más riesgo de infectarte, enfermarte y morir por el coronavirus y transmitírselo a un ser querido que posibles efectos secundarios puedan aparecer. El peor efecto secundario que puede tener la vacuna es no administrarla”.
Sensaciones y experiencias de las sanitarias
Llevan trabajando desde el pasado 27 de diciembre, cuando se inició la campaña, y ya son las manos de la esperanza para acabar con esta pandemia. “Yo diría que somos el espejo de la esperanza porque cada vez que pongo una vacuna veo personas felices por poder ser vacunadas. No es el acto en sí de la vacuna. Muchos de los que vienen a vacunarse lo hacen con miedos, dudas, sugestión al ver las agujas y el equipo que trabajamos ahí tratamos sobre todo de humanizar lo que puede ser un acto muy mecánico”, destaca la DUE de la Ciudad.
Pero sobre todo, para casi todas las personas es un momento especial. “Gran parte de ellos te dicen que si se pueden hacer una foto vacunándose porque quieren inmortalizar ese momento. Hemos vacunado incluso a tres generaciones de una familia: un abuelo, su hijo y su nieto, los dos últimos sanitarios”, expresaba Caridad.
Cada día pinchan cientos de dosis a abuelos deseosos de esquivar el virus. “Son los más alegres y los que menos miedo tienen. Muchos llevan sin salir a la calle desde marzo del año pasado y vienen muy elegantes porque para ellos es una ocasión especial. Todas sus palabras son de agradecimiento: “sois unos ángeles”, “que Dios os bendiga”… Se tarda un poco más porque les tienes que ayudar con la ropa y no dejan que te vayas porque te cuentan su historia”, se mostraba emocionada Caridad Blanco Rodríguez.
“Acuden ilusionados emocionados, y esperanzados ante la llegada de la vacuna. Todo el miedo y la incertidumbre que han tenido que pasar durante estos meses ha merecido la pena. A todos nuestros mayores les debemos un aplauso y esperamos que puedan retomar lo antes posible una vida tranquila”, confiesa la médico.
En su camino, recuerdan anécdotas y momentos que “tocan por dentro”. “Un hombre de avanzada edad se emocionó y le pregunté por qué lloraba y contestó que con la vacuna veía más cerca el hacer vida normal y volver a abrazar a sus nietos. A mi edad, ellos y la vacuna me dan la vida. He estado muy triste estos meses, me decía”, señala Caridad que espera que esto sea de verdad la luz que ilumine el principio del fin.
“Desde el corazón, para mí vacunar a nuestros mayores es una de las cosas más maravillosas que he podido hacer. Son un ejemplo de fuerza y únicos agradeciendo nuestra labor. Podría contar muchas historias, pero una que me hizo llorar fue cuando una señora de 86 años tras vacunarla, me dio la mano y me dijo: “Gracias, eres mi ángel” y yo no podía contener las lágrimas”, recuerda María Concepción.
La llegada de las vacunas contra el coronavirus supone el inicio del final de la pandemia, pero será un proceso gradual, por lo que medidas como el uso de mascarillas, el distanciamiento físico o extremar la higiene seguirán siendo necesarias para frenar los contagios al menos durante algunos meses más. “Sería un error relajar las restricciones de modo inmediato, ya que incluso en la mejor de las situaciones aún tardará en llegar la ansiada inmunidad de grupo”, concluía la doctora Cleopatra.
Más que voluntarios
“Me siento feliz por ser parte de este personal”
“Me siento feliz de poder ser parte de ese personal de Enfermería que aporta su granito de arena. El equipo con el que trabajo es maravilloso y estamos disponibles para atender la necesidad que haya. Como profesionales todos son ejemplares y como personas aún más si cabe”, explica Concepción.
Mujeres al frente de la pandemia
“Las mujeres podemos aportar experiencias, perspectivas y habilidades diferentes en esta crisis”
“Como mujer y sanitaria ha sido una de las experiencias más inolvidables de mi vida. La vulnerabilidad de la vida que ha supuesto la pandemia nos ha llevado a una reorganización de las prioridades. Los duros momentos vividos en los últimos meses tienen que servirnos para levantarnos con más fuerza y afrontar esta crisis mujeres y hombres trabajando juntos”. Para la doctora Cleopatra R’Kaina Liefsi es importante contar con las mujeres, con su contribución para hacer frente a la pandemia “estando en la primera línea de lucha como trabajadoras de la salud, cuidadoras”. “Las mujeres podemos aportar experiencias, perspectivas y habilidades diferentes en esta crisis sanitaria”, destaca.
Un gran equipo de sanitarios
“Nosotros nos esforzamos porque todo salga bien”
“En mi opinión la campaña está siendo un éxito, se van cumpliendo los objetivos y la población que viene a vacunarse así nos lo hace saber. Nosotros nos esforzamos porque así sea. Aunque hay días que terminas tarde y cansada, el objetivo de la campaña, los compañeros de trabajo que tengo y saber que estás haciendo lo que está en tu mano para frenar el avance de la pandemia, hace que vuelvas al día siguiente con energía y sabiendo que es un lujo trabajar en lo que te gusta”, destaca Caridad Blanco Rodríguez, quien recordaba con cariño una ocasión en la que “llamamos a un reserva de la lista de personas mayores para que se vacunara y con más de 90 años cogió un taxi y en menos de 15 minutos ya estaba allí diciendo que a esa cita no podía llegar tarde”.
Veo mucha seguridad en los redactores del "el faro de Ceuta " sobre el tema de las vacunas ojala no os equivoquéis. Pero es muy precipitado decir que inyectan la esperanza en las vacunas