Paseando por el centro me encontré con una pata de jamón, con la pezuña de color negra; me trajo muchos recuerdos. Las palabras de mi madre donde me dijo más de una vez que tener en casa este alimento era muy socorrido.
Podías improvisar un bocadillo, hacer alguna sutileza culinaria si le añadimos un pimiento frito encima de una loncha de jamón, trocear para añadir a la pizza, también se le añade a algunas cremas, en fin que se me cae la baba nada más pensar en él.
Pero el lugar no era muy adecuado. Estar colgado en una señal de tráfico y en el centro solo tenía una intención:llamar la atención del público. Y eso la verdad que me hizo a mi caer en esa tentación.
Desde el momento que lo vi, fue un instante, donde nuestro material más productivo de esta era lo palpé para asegurarme que lo llevaba en el bolsillo y una vez que mi intelecto dijo que si fui a cogerlo para plasmar una instantánea, que creí y creo ahora que valió la pena.
Pero nadie nos quita cuando nos vemos por la calle tener esa deferencia que los payasos de la tele nos cantaban: el saludito de don José...
Pero os puedo asegurar que por lo menos lleva en el lugar expuesto veinticuatro horas, ya que al día siguiente lo volvimos a ver en el mismo lugar. Le mandé a través de un whatsapp a mi hijo el detalle que fue revisado y contestado con un jajajaja, y una broma donde decía que cuántos serranitos habrán hecho con ella. Ceuta es así. Mitad seria y la otra siempre buscando algo para poder buscar la sonrisa a nuestros semejantes.
Por estos ratitos estamos siempre agrupándolos y buscando que nuestros semejantes lo pasen lo mejor posible con nosotros. Luego dicen que no queremos estar en sociedad. Si es la palabra más bonita que tenemos. Las reuniones, hoy en día guardando la distancia adecuada para evitar contagiarnos y llevar bien puestas las mascarillas de cumplido rigor. Pero nadie nos quita cuando nos vemos por la calle tener esa deferencia que los payasos de la tele nos cantaban: el saludito de don José....
Todos nos quedamos observándonos y nos damos un piropo, ya que nos alegramos de habernos visto otro día más y tener, aunque sea, unas palabras. Esas que pueden o no gustar. De nuestro equipo o nuestro aspecto o nuestra salud. Pero hemos cumplido una vez más. Y hasta la próxima, compañero de fatigas, en este momento de la vida que nos ha tocado vivir.
El jamón está puesto ahí representando la ruina que tenemos en la ciudad. Aunque para usted le haya sugerido un juego para los grupos de whatsapp... Ese doble juego ceutí de quien se arruina y el que ve el mundo pasar...