Uno de los edificios más llamativo y antiguo de la barriada del Príncipe, en Ceuta, puede ser sin duda su iglesia, símbolo de unión en un barrio donde la religión musulmana es la mayoritaria. Pero esta vez no es noticia porque se vaya a producir el multitudinario traslado, ni tan siquiera porque unos fieles hayan querido visitar al Medinaceli o a la Virgen de los Dolores, sino porque la fachada del templo no se encuentra en el mejor estado y parece olvidada en el corazón de este barrio ceutí.
De eso no se olvidan los propios musulmanes que viven en la barriada y que miran con resignación cómo, con el paso del tiempo, el templo cristiano se ha ido descuidando sin que nadie haga nada al respecto. Los propios residentes del barrio reconocen que siempre ha sido símbolo de unión de ambas culturas y por eso es un lugar muy respetado por todos los vecinos.
Recuerdan con añoranza esos años en que el edificio era emblema de la barriada y para ellos sigue siéndolo. Además, genera visitas de turistas cada año para ver esa iglesia histórica que permanece en el corazón de diferentes generaciones de caballas.
“La iglesia está muy olvidada y dejada. Parece que no existe para nada en Ceuta. Lleva tiempo sin aparecer nadie del Ayuntamiento; solo vienen el día del traslado del Medinaceli”, ha explicado Mohamed Adherrahaman Mohamed, vecino del Príncipe ante las cámaras de FaroTV.
Además, los vecinos denuncian que solo vienen días antes de que se produzca el famoso traslado del Medinaceli a hacer una limpieza por encima para que así reluzca delante de las cámaras. “Solamente vienen ese día. Hacen una limpieza por el barrio para que parezca que está así siempre. Lo pintan y queda bonito, pero cuando pasa ese día queda otra vez olvidado para todos”.
Los vecinos del barrio añaden que el templo siempre ha sido un sitio respetado, por lo que eso representa tanto para la barriada como para la comunidad cristiana. “Para nosotros siempre ha sido un sitio muy respetado. La distintas generaciones, tanto los más mayores como los más jóvenes siempre lo hemos tenido como una casa más de nuestro barrio. Por eso los vecinos no estamos contentos de cómo se encuentra y pedimos que se arregle cuanto antes”, ha añadido Adherrahaman. Es, sin duda, un lugar que forma parte del paisaje de nuestra ciudad y que ahora necesita de la ayuda de todos los caballas para volver a tener el aspecto que tenía antes.
Que usen el dinero que tienen en el banco del Vaticano para la reforma.
Tendrá que ser la comunidad cristiana quien pague los desperfectos de la iglesia. Si quieren que siga abierta tendrán que poner dinero.