Aseguran que más del 30 por ciento de las baldosas están sueltas, que las caídas se han convertido en algo casi diario y que “es una verguenza que una obra recién estrenada y pagada con el dinero de los contribuyentes esté en estas condiciones y no se haga nada para solventarlo”. Indignados, un matrimonio explica como ayer por la mañana iban a pasear “como cada día y por prescripción médica” y uno de ellos tropezó y cayó “por encontrarse en estas condiciones el acerado”. El hombre se vio en el suelo “tras tropezar con una baldosa suelta y perder el equilibrio”. Su queja no es la única.
La Avenida de Martínez Catena, recientemente remodelada, se pone constantemente en tela de juicio por los usuarios de la zona ya que hay lugares “donde las baldosas están levantadas totalmente y eso es muy fácil de solucionar pudiendo evitarse caídas peligrosas”, explican los afectados. Han acudido a la Ciudad, a Delegación y “no vemos que haya intención de solucionar el problema así que lo denunciamos públicamente”, explican. “Lo llaman popularmente el Paseo de las teclas porque caminas y parece que vas tocando el piano con el baile de baldosas que se produce”, ejemplifican alegando que “los responsables deberían ponerse manos a la obra para arreglarlo porque es una obra nueva y una auténtica chapuza”.
Las obras de reforma del paseo marítimo de la Bahía Sur, en la carretera nacional 352, se inauguraron el pasado mes de julio y permitieron tras varios meses, que los ceutíes recuperaran uno de sus paseos más utilizados. Las obras supusieron una inversión del Gobierno estatal de 3.680.742 euros y permitieron recuperar una de las partes más bonitas de la ciudad mejorando sus instalaciones.
El objeto de la obra en bahía sur era ensanchar el antiguo paseo marítimo que antes en determinados tramos se limitaba sólo a los 1,40 metros. Con el fin de mejorar y ampliar la capacidad y seguridad del mismo, se decidió aumentar hasta los 4,50 metros de ancho, disponiendo además de una zona de protección de metro y medio que incluye el bordillo, jardineras, alcornoques y mobiliario urbano, seguido de una zona de paseo que llega a los tres metros.
“Todo muy bonito pero si al final no puedes pasear por un paseo porque está en malas condiciones, de poco sirve el resto de mobiliario”, denuncian los afectados que sólo quieren “que se repare”.