“La Policía pasa mucho, pero sólo de tránsito hacia la frontera y lo que hace falta es que esté aquí, en la barriada, que se les vea”. Quien habla es uno de los comerciantes de la barriada, que trabaja a diario muy cerca del lugar donde el pasado miércoles intentaron atracar a una pareja de marroquíes que esperaba la apertura de una de las naves. Una pareja de encapuchados les sacó unas catanas y les dispararon cuando las víctimas escapaban del lugar. Todavía no han sido detenidos y será complicada su localización, ya que falta lo más importante: su identificación. Vecinos y comerciantes de esta populosa barriada se sienten inseguros, porque, indican, es necesario que la Policía o la Guardia Civil “esté un poco dentro del barrio” no sólo por sus proximidades, de camino a los relevos de la frontera.
La Almadraba tiene varios condicionantes en su contra: primero que no es un barrio unido, con un cabeza visible que haga fuerza para protestar por la situación de inseguridad vivida. Segundo: que es lugar de paso elegido por bandas organizadas para perpetrar atracos, la mayoría violentos. En la Almadraba, “que también existe” -apunta un vecino-, han atracado de forma violenta la farmacia, dispararon a un trabajador de una agencia de viajes ahora reconvertida en supermercado y de la que sólo queda el letrero, y han acosado marroquíes y viandantes que pasan por el lugar. “Esto está muy mal iluminado”, se queja un comerciante mientras atiende a sus clientes tras el mostrador.
Las quejas de los vecinos van orientadas a conseguir una finalidad: mayor presencia como tal en el barrio. “Aunque sea que se les vea, y sobre todo cuando anochece, porque aquí da miedo”, apuntan. “Los hay que se ponen a tomarse un café o dentro de los coches aquí mal aparcados y están esperando o para atracarte o para intentarlo”, añade.
El último intento de atraco se produjo pasadas las cinco de la madrugada, pero hay otros que han tenido lugar pasadas las siete de la tarde, en cuanto anochece. “En el barrio es difícil encontrar unidad para hacer mayor presión. Lo es para pedir que nos pongan más contenedores, imagínate para conseguir mayor seguridad”, añade. Ayer, en el barrio, todos o casi todos conocían del atraco cometido, pero ninguno acertaba a aportar más datos de los ya leídos o de los comentados. “Esta gente actúa con la cara tapada y luego se escapa hacia arriba”, indica un comerciante señalando la escalera que conduce a un llano en el que se entremezcla la chatarra, la basura y la presencia de sin papeles. Más allá el Príncipe. “Nadie ve nada”, añade.
A los grandes episodios delictivos se suman otros que están a la orden del día, resumidos en hurtos y agresiones de menor índole que pasan desapercibidas y que no superan la esfera privada. La Almadraba, reclaman, es algo más que la procesión del Carmen. ¿Existe?, “eso es lo que piden los vecinos”.