Ya hay fecha prevista para la finalización de las obras del complejo cultural de la Manzana del Revellín: la segunda quincena de febrero, según anunciaba ayer el consejero de Economía y Empleo, Guillermo Martínez, cerrándose así lo que el responsable del área ha venido a definir como un “proyecto de amplia complejidad” desde que empezó a gestarse allá por los años 90, y que ha sufrido todo tipo de escollos, desde económicos hasta de definición de la iniciativa, y que a día de hoy aún no han finalizado, como se puede comprobar con la adquisición del mobiliario del Conservatorio Municipal de Música, cuya licitación no ha respondido a las pautas marcadas por el autor del proyecto el arquitecto Álvaro Siza.
Martínez daba cuenta de las causas que han derivado en la adquisición de un mobiliario que en ningún momento ha respondido a las expectativas del arquitecto luso, después de que este remitiera a Procesa un pliego de condiciones que definiera qué tipo de muebles debían instalarse en el Conservatorio, y para lo cual “colabora activamente”.
Al concurso público convocado optan cuatro empresas, una de las cuales no alcanza la fase final al no ajustarse la propuesta a los requisitos estipulados. Entre las tres restantes se encontraba Ebania, la que finalmente se hizo con el suministro del mobiliario por un importe de 187.000 euros.
Los problemas para la Ciudad comienzan con la posterior visita de Siza al complejo cultural donde el arquitecto deja bien claro que los muebles “no son acordes” con sus pretensiones, explica Martínez. El malestar del autor del proyecto se hace patente con el envío de un escrito a Procesa en el que hace constar que existe una propiedad intelectual exclusiva con un proveedor de Portugal, “circunstancia desconocida para la Ciudad porque ni siquiera Siza lo había comunicado en la elaboración del pliego”, aclara el consejero, y que, en consecuencia, parte de los muebles (un 33% añade Martínez) podía derivar en problemas jurídicos graves, llegando incluso a insinuarse la posibilidad de un plagio o copia de una propiedad.
Ante estos hechos, la Ciudad estudió tres alternativas: por un lado, no recepcionar los muebles, opción que se descarta “al no haber motivos jurídicos para rescindir contrato”. Una segunda propuesta planteaba iniciar un pleito con el arquitecto “lo que nos hubiera llevado a que el Conservatorio no estuviera operativo y también el Auditorio en el mes de marzo”.
La opción elegida, finalmente, ha sido la de destinar el mobiliario a las futuras dependencias de la Escuela de Negocios, el Centro Asesor de la Mujer, la Escuela de la Construcción y la sede de la Consejería de Educación y Cultura, mientras que el proveedor portugués se encargaría de fabricar los muebles requeridos por Siza.
“Ante una necesidad de adquirir nuevos muebles se ha optado por ubicar estos muebles proyectados por Siza en estas dependencias, con el consiguiente desembolso cero por parte de la Ciudad”.
Por otra parte, tanto la plaza pública como el Auditorio se encuentran en fase final de ejecución, a expensas de algunos detalles relativos a mobiliario, que podría estar culminado la próxima semana.
Martínez ha hecho hincapié en que se prevé no sólo un uso cultural, sino también como sede de eventos y congresos, para lo cual la Ciudad ya esta trabajando en potenciar Ceuta como destino. Para eso se asistirá a una Feria de Turismo de Congresos en Barcelona en el mes de diciembre, y ya se han iniciado contactos con la Cámara de Comercio para reactivar el proyecto ‘Ceuta Convention Bureau’ para establecer un consorcio público-privado para reactivar la ciudad en esta materia.
La adjudicataria: la oferta más cara
Pese a que entre los requisitos de adjudicación se encontraban, además de la idoneidad del proyecto y mejor plazo de entrega, el precio más bajo, la Ciudad adjudicó a Ebania el suministro del mobiliario, aunque su oferta económica era la mayor, hecho que Martínez justifica en que se trata de una suma de las tres variables. “se cogió la oferta más cara, pero es que el adjudicatario es el que obtiene más puntos. No siempre el criterio económico es el que determina la adjudicación”.
En cuanto al posible caso de plagio en relación a la propiedad intelectual, Martínez aclara que “no son iguales. Los que tienen el copyright son los de Siza”.
“Amiguismo y despilfarro”
“Amiguismo, ilegalidad, despilfarro y falta de eficacia y de profesionalidad” en el ejercicio de sus funciones. Son algunas de las calificaciones que Juan Luis Aróstegui vertía ayer en el transcurso de la rueda de prensa que Coalición Caballas ofrecía para expresar su opinión respecto a la adjudicación del suministro del mobiliario del Conservatorio. ¿Es que no Procesa no conocía que los muebles no se podían adquirir de esa manera porque había una cláusula de Siza?”. En su argumentación, Aróstegui continuaba asegurando que este “despilfarro” va a derivar en “dos pagos por los mismos muebles” e ironizaba sobre el destino de los mismos. “El planteamiento es que como se hacen unos muebles adecuados para el Conservatorio, por eso van a terminar en el Centro Asesor de la Mujer o en la Escuela de Negocios ¿no?”. Muebles que, además, apunta, van a ser “insuficientes” para dotar la totalidad de las dependencias.
Aunque desde la Coalición ven “difícil” una acción judicial, “teniendo en cuenta que el Gobierno se escuda en los tribunales para defender su gestión”, apunta Aróstegui, no descartan, sin embargo, que, de constar el vínculo del asesor del presidente, Francisco Sánchez Paris, con la empresa adjudicataria, “no familiar porque eso está demostrado y contratar a la familia no es delito”, sino su traslado a nuestra ciudad para que pudiera optar a este contrato, “no dudaríamos en llevarlo ante los tribunales”.
Y es que Caballas denunció ayer que la Ciudad ha obviado, en sus aclaraciones sobre este tema, que esta empresa “puede tener vínculos con miembros del Gobierno”, amén de haberse dado la espalda a entidades de Ceuta o que el mobiliario se adjudicó “a una empresa de Jaén, siendo más cara que las de Ceuta”, apunta Mohamed Alí.
Para Aróstegui, los hechos ocurridos son un claro ejemplo de cómo los “negocios” en la Ciudad siempre terminan “teniendo una relación sospechosa con gente que merodea” por el despacho del presidente. “Tarde o temprano, después de un laberinto de comisiones, informes técnicos y escudos de diversa índole siempre aparece el cuñado de turno que termina ganando los concursos del Ayuntamiento”.
Los ceutíes deberán pagar ahora por esta adjudicación, añade, “van a estar pagando durante varios años por unos muebles que no valen para un beneficio que se ha llevado un señor que ha sido expulsado de Andújar por corrupción”.
Pliego
Respecto al hecho de que Siza no advirtiera en el pliego de condiciones sobre la propiedad intelectual del mobiliario, Aróstegui muestra sus dudas recurriendo nuevamente al sarcasmo cuando se pregunta si “ahora va a resultar que Álvaro Siza se dedica a mentir y a inducir al Ayuntamiento a hacer un concurso para adjudicarlo a una empresa que no es la apadrinada por el arquitecto”.
“Nadie se cree que Siza redacte un pliego de condiciones y que no coincida con el que tiene la Ciudad”, apunta Alí, en alusión, además, a la cláusula sobre la propiedad intelectual del mobiliario.
Para los integrantes de Caballas, el expediente desprende un “aroma a corrupción”, al hilo de lo cual comenta que, de existir una “negligencia”, Alí se pregunta sobre la depuración de responsabilidades “¿quién asume el error de pagar esos muebles con el dinero de todos los ceutíes?”.
Un sólo negocio en un año de vida
La empresa Ebania se constituye en nuestra ciudad en noviembre de 2009, con un 50% de capital local y el 50% por una entidad de Andújar (Jaén), “el pueblo del que fue concejal y expulsado del PSOE por sucios asuntos, señor Sánchez Paris, hoy mano derecha del presidente de la Ciudad y jefe del Gabinete técnico”, explica Aróstegui.
Esta empresa sólo ha tenido un trabajador en nuestra ciudad, precisamente un familiar director de Sánchez Paris. “Sin mayor negocio hasta 2010”, la empresa gana el concurso de adjudicación de muebles a Baeza y al Corte Inglés, pese a que ambas realizan ofertas más económicas.
Actualmente, esta empresa, recuerda Aróstegui, ha abandonado toda actividad en nuestra ciudad “sólo ha hecho una venta en su breve historia de apenas un año de duración. Se han constituido, han vendido los muebles, se han llevado el dinero, han cerrado y los muebles en un almacén”.