Cuando la Unión Europea ya ha dado el pistoletazo de salida al debate sobre la asignación de fondos estructurales y de cohesión para el periodo 2014-2020, la Ciudad desconoce aún si el Gobierno de la Nación ha efectuado algún tipo de gestión formal en respuesta al compromiso vertido en la Conferencia de Presidentes respecto a la defensa de la singularidad de Ceuta y Melilla en el ámbito europeo. “Si ha habido algún posicionamiento del Estado ante las instituciones comunitarias es algo que desconocemos”, explica el consejero de Economía y Empleo, Guillermo Martínez.
Al margen de este desconocimiento, el responsable del área se pregunta sobre la “capacidad real” del Estado a la hora de poner sobre la mesa los intereses de Ceuta y Melilla, “no es una cuestión de dudas sobre que lo quiere hacer el Gobierno de la Nación, si no sobre su capacidad para convencer al resto de socios económicos europeos”. En cualquier caso, Martínez argumenta que, de cara a la Unión Europea, Ceuta y Melilla “no dejan de ser una raya en el horizonte de Europa”. El hecho, añade, de que ambas ciudades perciban prestaciones adicionales por sus singularidades “no va a suponer la quiebra del presupuesto de la Unión Europea”.
El proceso de asignación de los fondos europeos, aún en fase incipiente, está definiendo la estrategia a seguir desde el punto de vista de las políticas a priorizar (urbanas, de aplicación de las nuevas tecnologías o vinculadas con el medio ambiente), como ejes prioritarios a desarrollar en el próximo programa europeo.
En un segundo enfoque se analizaré qué porcentaje del presupuesto comunitario se dedicará a las políticas de cohesión. En este sentido, Martínez apunta a posturas contrapuestas entre los países contribuyentes, como Alemania o Gran Bretaña, y los receptores o países de la ampliación.
El tercer punto de este debate europeo, una vez concluyan los dos anteriores, abordará qué se pretende potenciar y el presupuesto a destinar a estos ámbitos. También en este aspecto ya se han producido posiciones contrapuestas, por un lado las de países que consideran que las subvenciones comunitarias deberían dedicarse exclusivamente a los países de la ampliación y, por otro, el de aquellos que reclaman una distribución tal y como se ha venido efectuando hasta el momento, en función de los niveles de riqueza de las regiones. Para nuestra ciudad, esta última opción sería la más beneficiosa, “indudablemente, -apunta Martínez-, teniendo en cuenta la consideración específica de Ceuta por sus condiciones estructurales de extrapeninsularidad o frontera terrestre de Europa”.