El mercado medieval terminará esta noche y se despedirá hasta el año que viene de un entorno tan “mágico” como lo es el de las Murallas Reales. Ese era precisamente el adjetivo que utilizaba Marta Velandia, la administradora de la empresa ‘Fusión Medieval’, que organiza el evento. Una feria que tras varios años ya se ha asentado en la Ciudad, pero que todos los años trae pequeños cambios. En esta ocasión, se trata del número de puestos. Se ha quedado en ‘sólo’ 72, ya que se han eliminado los puestos del centro. “El recorrido natural de las personas es dar la vuelta por la derecha, luego por la izquierda, y se solían saltar los que había en el medio, que no hicieron muy buenas ventas”, explicaba Velandia. Así, además, se deja más espacio para los espectáculos, que hoy comenzarán hacia las 12 del mediodía y concluirán por la noche con unos malabares de fuego.
Un negocio más flojo que en otros años, “como en todos los lugares”. Con la salvedad de que en Ceuta “la gente viene a comprar, a diferencia de otras ciudades, en la que miran, miran, y ya”, según la organizadora. “Por eso vinimos con los 52 coches llenos del todo, supone un gran esfuerzo. Hay quien nos pregunta por qué no hacemos dos al año, pero no podríamos”, aseguraba Velandia.
Pitonisa, año sabático
Entre las opciones, hay de todo: jabones, perfumes, juguetes, hierbas aromáticas, incluso monedas del tarot chino. Sin embargo, todos han hechado en falta a la pitonisa. Según explicaron desde la empresa organizadora del evento, Fusión Medieval, “es que se ha tomado un año sabático con esto de la crisis; no es que no haya venido a Ceuta, es que no ha estado en las demás ciudades”.
A cambio, de lo que sí se puede encontrar mucho y bueno es comida. Comida que no necesariamente cumple el adjetivo ‘medieval’; pero nadie hace ascos a una buena patata, o a suculentas variedades de chocolate o pizza sólo porque hace mil años no se incluyeran en la dieta común. Los productos caseros, sin embargo, son los estrella: embutidos, conservas, o quesos. Eso sí, con unos precios que sobresalen de lo que normalmente podríamos encontrar en otras tiendas. Velandia lo justificó de la siguiente manera: “Somos un mercado autogestionado, la Ciudad nos ayuda, pero sólo con el alojamiento de los artistas. Venimos ilusionados, pero tenemos que recuperar el gran esfuerzo económico”.