El brillante plan de recogida de vehículos abandonados llega hasta donde alcanza la primera impresión visual de los viandantes. Los que están más escondidos llevan años esperando su retirada. El polígono es un ejemplo de ello. No sólo hay coches desguazados y quemados en la entrada, sino en las inmediaciones de la ITV y el perímetro que separa este conglomerado de naves del barrio del Príncipe. Hasta una furgoneta espera el turno, en plena cuneta, para el traslado al depósito municipal. En su caso no hace falta comprobar que se trata de un vehículo abandonado. El estado lo dice todo.
El porqué nadie pasa por el polígono tanto para retirar estos vehículos como para limpiar el cartonaje tiene complicada aclaración. “De repente dejaron de venir y mira, mira lo que hay”, señala uno de los empresarios.
Uno de los corazones económicos de Ceuta, que mueve hasta 500 millones al año, se convierte en vertedero incontrolado. Pero la basura no representa el único de los problemas enquistado en esta zona fronteriza, levantada, inteligentemente, al lado de Marruecos.
La inseguridad es constante y las víctimas siempre las mismas: las y los porteadores que a diario cruzan el paso para adquirir las mercancías que luego trasladan a Marruecos por el Biutz.
Un grupo de entre 4 y 5 individuos, conocidos por la Policía porque ya han sido detenidos con anterioridad, están detrás de los atracos que, constantemente, sufren los marroquíes. Ellos son prácticamente en exclusiva los objetivos de este grupo. “Los vemos a diario, te diría con pelos y señales hasta los nombres. Son siempre los mismos y sólo atracan a los porteadores, les amenazan con agredirles o pincharles si no les dan algo de dinero, siempre van a por ellos”, añade.
Es esta una realidad delictiva compleja porque tiene como víctimas a esos hombres y mujeres que malviven por obtener un mísero sueldo pasando bultos de mercancías. A estos robos se suman los que, aleatoriamente, se producen contra los clientes de las naves. Cuando se trata de estos perfiles los delincuentes tienen su franja horaria preferida: por las tardes, cuando la presencia policial es casi inexistente. Es entonces cuando se goza de la cobertura perfecta: se practica el robo en el Tarajal y se busca el cobijo en el Príncipe. El mismo modus operandi que emplearon, durante el pasado julio y el periodo de feria, bandas de menores dedicadas a atracar, casi a diario, en el entorno de la frontera del Tarajal. Sus víctimas, tal y como denunció este medio, siempre marroquíes. Daban el palo en cuanto la UIR desaparecía y escapaban con el botín hacia el Príncipe. “Ahora eso se ha calmado más, pero el mes de julio y el periodo de feria han sido brutales con robos todos los días”. Se sospecha que estos mismos delincuentes eran los que atracaban a los taxistas; meras sospechas ya que la investigación nunca cuajó al practicarse dos arrestos de menores que fueron puestos en libertad al negar ante el juez su implicación.
Si el Tarajal está abandonado, las inmediaciones de la ITV constituyen su pareja idónea. Tal es así que la presencia de vehículos abandonados y de basura ocupa los mismos espacios. Mientras que las calles internas del Tarajal están medianamente limpias, los accesos han pasado al olvido sin que se practique la limpieza comprometida. “Si pagamos nuestros impuestos porque es nuestro deber, también tenemos nuestros derechos, entre ellos el tener esto limpio”, añaden los comerciantes. Ellos han aceptado las reglas de juego e incluso aceptan, por mor de garantizar la seguridad de los porteadores, el ver vetada su entrada en el polígono hasta las 13.00 horas. “Primero nos dejaban entrar con unas tarjetas, ahora no podemos a pesar de que muchos de nosotros servimos la mercancía a otros comercios del centro, pero no podemos entrar”, lamentan. La organización en el seno del polígono tras el fallecimiento de dos porteadoras ha provocado cambios que son aceptados por los comerciantes, sabedores de que los planes internos para mejorar arquitectónicamente el paso están bloqueados. La crisis y la negativa de Marruecos se dan la mano en una historia marcada por los contratiempos y por una clave concreta: la dejadez que, en momentos cíclicos, marca al Tarajal. Ahora ha llegado uno de esos momentos y los empresarios esperan que las autoridades actúen y con urgencia.
“¿De qué sirve tanta concienciación?”
La acumulación de basuras y cartonajes en el Tarajal no ha hecho más que poner de manifiesto la indignación de algunos comerciantes de la zona que se preguntaban “¿de qué sirve tanta concienciación por parte de la Ciudad si después ellos no cumplen y no recogen los restos?”.
Las numerosas toneladas de residuos que genera a diario el polígono del Tarajal ha sido siempre el caballo de batalla de estos empresarios que, en reiteradas ocasiones, han demandado más limpieza. “Dijeron que iban a traer una compactadora para recoger el cartonaje más rápidamente, pero se sigue acumulando y esto no parece tener solución”, explica otro de los empresarios.
Mientras el tema se soluciona, el polígono sigue generando una ingente masa de cartón y residuos que ha llevado al límite de su paciencia a los comerciantes.