La pregunta que lanzan los vecinos de la Cuesta Parisiana a Vivas y a Chacón es muy clara: ¿Cómo les gustaría que sus hijos pasaran su tiempo libre? Les ofrecen elegir entre dos respuestas. La primera es la que viven ellos mismos: sus hijos pasan las tardes viendo drogarse a yonquis y jugando al fútbol en medio de una carretera. La segunda, que seguramente escogerían, es la de estar tranquilos mientras los pequeños disfrutan en un parque. El presidente de la barriada, Mohamed Abdeselam Stitu lleva más de una década luchando para que el barracón que antiguamente acogía los Almacenes Moreno deje de ser un peligro constante para los vecinos. La noche del viernes, el último susto: un incendio puso en peligro la vida de los inquilinos de las casas que rodean el lugar. “Tuvimos que cerrar todas las ventanas para evitar las intoxicaciones y la rápida efectividad de los bomberos es de agradecer”, apuntan.
No es un caso aislado. Grandes y mayores tienen miedo. Ni siquiera duermen la siesta tranquilos. La puerta de los almacenes sirve de improvisada portería a los pequeños que exploran cada día unos barracones llenos de basura, desperdicios y hogares improvisados de yonquis que acuden allí en busca de tranquilidad que acompase sus chutes de heroína. “Tememos que cualquier día nuestros niños enfermen, cojan cualquier infección, pero no hay parques cercanos y tienen que ir hasta El Chorillo para jugar al fútbol”, explica Abdeselam Mohamed, que lleva 25 años viviendo frente a los almacenes y tiene 8 nietos que cada día juegan en la zona. Los niños dicen que “aquí dentro cabe un campo de fútbol y aparcamientos para nuestros padres. Es muy grande”. Stitu pide que se valle y que las autoridades escuchen al pueblo y sean conscientes de que “tienen la obligación, moral al menos, de evitar este peligro y ejercer esa potestad que llevamos pidiendo de manera continua desde hace más de una década”. Se han manifestado, han hablado con los responsables pero sigue sin soluciones.
El próximo mes de septiembre esas autoridades “que no escuchan al pueblo” condecoran a Mohamed Stitu con la medalla de la Autonomía. No se lo piensa un segundo: “La cedo a la persona que mueva el primer hilo para conseguir terminar con este lugar en el que los vecinos vemos la muerte cada día”.