Hay una máxima que bien la conocen las fuerzas de seguridad: cada vez que se produce una batida en el puerto y se lleva a cabo una expulsión a Marruecos, los protagonistas de la misma tardan nada y menos en volver a cruzar a Ceuta. Son personas de ida y vuelta, que aprovechan un paso fronterizo que es un auténtico coladero. Lo es la propia frontera y el paso Tarajal II, que desde su inauguración ha facilitado una mayor entrada de marroquíes y argelinos, pero también de menores.
Este dato lo conoce la propia Delegación del Gobierno, que confía en que la puesta en marcha de la frontera inteligente termine con esta problemática. Las fuentes policiales consultadas por este periódico no lo tienen tan claro y consideran que para que tenga resultados necesitará de mucho tiempo de rodaje.
En el grueso de medidas presentado por Delegación y Ciudad a los medios de comunicación no se contempla ninguna específica para la frontera ni para el ‘Tarajal II’. De hecho ni fueron aludidas, cuando son el principal punto de conflicto, origen de esta situación. Las expulsiones de inmigrantes cuentan con otra pata, la que representa Marruecos. Esos protagonistas se quedan en la zona norte, en las inmediaciones de la propia frontera, entrando de nuevo a Ceuta sin problemas. De hecho muchos de los que son interceptados en las redadas periódicas que llevan a cabo CNP o Guardia Civil constan como rechazados en varias ocasiones y titulares de identidades distintas.
Hay otro asunto que no se incluye en las medidas: la situación de los menores. En la última actuación de la Benemérita se contabilizaron 18 MENA, de los que 15 constaban como exresidentes en La Esperanza. Son personas que al no estar en un centro de internamiento, salen de este albergue a las pocas horas volviendo otra vez al recinto.
Las fuerzas de seguridad pueden hacer todas las batidas que planteen, que los menores seguirán merodeando por la zona y volviendo a escaparse del centro en donde son acogidos porque su objetivo final no es otro que pasar a la Península.
Pobres políticos Elilos a navajazo limpio por un sillón y nosotros quejándonos de todo, es que no tenemos consideración ...
País de pandereta tienes razón. Y con la clase de políticos que tenemos.....de pena?
Somos unos panderetas,es como nos han catalogado en una encuesta en Europa, no se a que estamos esperando para salir a la calle a pedir una solución
La mayor verguenza, sin que nadie haga NADA, cuanto tiempo llevamos sin un gobierno estable la tira.