De él solo se ha sabido que es varón y subsahariano. Nada más. Esta misma semana se tuvo que autorizar su enterramiento sin reseñar su identidad, dado su avanzado estado de descomposición después de su recuperación, el domingo pasado, por parte de los GEAS en aguas de la bahía norte. Aunque Policía Judicial intentó saber algo más a través del teléfono móvil que portaba, las pesquisas han sido infructuosas.
Todo apunta a que se trataría del ocupante de alguna embarcación de las que emprenden travesía por el Estrecho que terminó frustrada. La ausencia de neveras y los fallecimientos que se han producido en estos días también aceleró que no pudiera mantenerse en depósito durante más tiempo el cuerpo, permaneciendo solo 24 horas en el depósito, hasta llevarse a cabo su enterramiento en Santa Catalina.