El magistrado del juzgado de lo Penal número dos absolvió ayer a un joven que venía siendo acusado de cometer un delito de lesiones en el ámbito familiar.
Durante el juicio tanto él como su madre, que era la persona que había denunciado, decidieron acogerse a su derecho a no declarar, por lo que no se practicó prueba alguna en la vista oral. Esto sirvió al magistrado para entender que no se habían practicado pruebas de cargo por lo que sólo cabía dictar una sentencia absolutoria.