Durante la primera legislatura de Mariano Rajoy en La Moncloa, en los tiempos de Cecilio Gómez como director provincial, el Ministerio de Educación, se supone que empujado por el de Hacienda, cambió el régimen de gestión de los comedores escolares, que hasta entonces se basaban en una transferencia económica a los colegios con ese servicio cuyos equipos de trabajadores sociales, los que mejor conocer al alumnado y a sus familias, gestionaban escogiendo como beneficiarios a los estudiantes más necesitados.
La Administración General del Estado impuso un sistema de concurrencia competitiva por becas que ya no iban directamente al centro sino que tenían beneficiarios individuales, aunque su pago se sigue realizando a los colegios.
La primera convocatoria, en el colmo del disparate, ni siquiera exigía para presentar solicitud estar matriculado en un centro con comedor escolar.
Con el paso de los años desbarajustes tan esperpénticos se han corregido pero, de aquellos polvos estos lodos, los centros educativos siguen pagando el caos burocrático. Primero, porque la convocatoria de becas sale tarde, en pleno mes de agosto.
A partir de ahí se abre una catarata de desajustes. El más evidente, que en octubre, cuando se abren los comedores, no hay ni de lejos una lista de becarios formal, con lo que hay que empezar a hacer apaños. Este curso se ha seguido atendiendo a los niños que comían el pasado y haciendo esfuerzos para llegar a toda la población escolar necesitada que se puede.
Este lunes s recibió el primer listado de beneficiarios de beca. En total se prevé adjudicar 780 (algo más si sobran en Melilla) pero de momento solo se conocen unos 500 nombres.
En principio el acuerdo alcanzado con la mejor voluntad de las partes entre la Dirección Provincial y los colegios con comedor fue atender siempre (obvio) a los becarios ya oficialmente reconocidos como tales y extender el servicio todo lo posible, ya que no se sabe qué estudiantes aparecerán en el segundo listado (e incluso en un tercero) o, peor porque hasta el último (¿primavera?) no se podrá reclamar, quién podría terminar viendo reconocido un derecho del que se le hubiera privado.
El criterio de renta y la brecha digital de la realidad local
Para terminar de complicar las cosas a la hora de la verdad, a la concurrencia competitiva (ordenada por renta) por las becas de comedor se suma en Ceuta la exigencia de presentar solicitudes por Internet y un nivel de exigencia burocrático elevado que supuestamente pretende evitar fraudes. Dado que las familias más humildes son las atrapadas en la brecha digital, para todas las fuentes consultadas resulta casi inexplicable que entre la lista de becarios de comedor del curso pasado y la primera de este haya “cientos” de cambios que no se pueden explicar solo por la salida de los alumnos de último curso de Primaria y la entrada de otros en primero.
Caballas exige que ningún niño con necesidades sea excluido
El portavoz de Caballas en la Asamblea, Mohamed Ali, alertó de que “decenas de niños y niñas” se podrían quedar sin el servicio de comedor escolar, un “atropello” y una “injusticia” que pidió evitar tanto a la Dirección Provincial de Educación como a la Ciudad Autónoma. “En una de las ciudades más pobres de España los poderes públicos deben poner todos los recursos a su alcance para que los niños necesitados tengan comedor escolar”, exigió el diputado.
Al menos el Ministerio de Educación movilizó sus medios para saber cómo se respondía en cada centro a la recepción del primer listado de becarios, aunque de acuerdo con el pacto alcanzado el lunes las posibles exclusiones deberían ser mínimas dado que rara vez la situación socioeconómica de una familia cambia drásticamente en solo un año y que falta por conocer un 33% de la relación definitiva de beneficiarios de ayudas.
Las bases de la convocatoria de este año estipulan que las ayudas se concederán, excepcionales beneficiarios directos al margen, “siguiendo el orden de menor a mayor de las cuantías de la renta per cápita de la familia del solicitante”.
Según las fuentes consultadas por este periódico ahora el problema no es de financiación después de que el curso pasado se limitase el sobreesfuerzo realizado para atender a casi un 50% más de los niños que realmente caben en las instalaciones sin doblar o triplicar turnos, como se llegó a hacer en varios colegios con ese servicio, que son los CEIP Federico García Lorca, Ramón y Cajal, Andrés Manjón, Reina Sofía, Ortega y Gasset, Príncipe Felipe y Pablo Ruiz Picasso.