Este miércoles 116 inmigrantes subsaharianos han conseguido cruzar a Ceuta en el segundo salto masivo que se produce desde el 26j. Para poder entrar en la ciudad han empleado todo tipo de métodos y no dudado en arrojar bolas con heces, cal viva o ácido contra los guardias civiles, según ha informado el Instituto Armado. Tras el salto, siete guardias civiles han sufrido lesiones leves.
Tras el salto, la vicepresidenta de la subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, Beatriz Becerra (ALDE), ha reclamado a la Comisión Europea la llegada "inmediata" de las ayudas que prometió Bruselas para ayudar a España, según ha publicado el medio OK diario. Cabe recordar, que la Comisión Europea anunció la aportación de 45,6 millones de euros para la gestión urgente de la inmigración en Grecia y en España, de los cuales 25.6 millones se destinaran a Ceuta, Melilla y la costa del sur.
Es "imprescindible" que la Comisión garantice el objetivo final de los fondos
Becerra considera que "debemos proteger a los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado", ya que en el salto de hoy siete guardias civiles han resultado heridos a causa de las cizallas, cal viva, ácido y heces.
Por último, el citado medio recoge la pregunta de la eurodiputada sobre si la Unión Europea contempla la utilización de unidades caninas en las inmediaciones del perímetro fronterizo para proteger las fronteras de Ceuta.
Marruecos ya pidió más dinero a la Unión Europea para el control de la inmigración
El Gobierno de Marruecos reprochó a la Unión Europea (UE) que la ayuda financiera de Bruselas “no está a la altura” de sus esfuerzos para controlar la emigración desde África hacia el continente europeo.
“Nosotros, como país, estamos haciendo en solitario grandes sacrificios con nuestras posibilidades. Las cifras que circulan sobre el apoyo (financiero de la UE) no llegan al nivel del volumen de nuestro esfuerzo y de los sacrificios que realizamos”, declaró el portavoz del Ejecutivo marroquí, Mustafa Jalfi.
“Hay que subrayar que Marruecos está desplegando un esfuerzo excepcional en la lucha contra la emigración clandestina y la trata de personas”, recalcó.
Ilustró con datos la presión migratoria que también sufre Marruecos: en 2017 (no ofreció cifras del año actual) sus agentes de seguridad abortaron más de 65.000 intentos de emigración clandestina (por patera o en saltos a las vallas de Ceuta y Melilla), en comparación con los 32.000 de 2016.
Precisó que la mayor parte de estos intentos “son de personas procedentes de otros países, y no marroquíes”, aunque los marroquíes supongan, numéricamente, los más numerosos entre las distintas nacionalidades de los candidatos a la emigración clandestina.