Fernando Grande-Marlaska, vocal del Consejo General del Poder Judicial, ha sido uno de los cargos independientes nombrados por Pedro Sánchez para el nuevo Ejecutivo. Un hombre conocido en toda España por su labor judicial a lo largo de tantos años: fue juez de la Audiencia Nacional, donde, entre otras causas, procesó a Arnaldo Otegi, ordenó el ingreso en prisión de José Ignacio de Juana Chaos e instruyó el caso Faisán sobre el chivatazo a ETA. También fue el juez que instruyó y archivó inicialmente la causa contra los cargos militares por los errores que hubo en la identificación de los cadáveres tras el accidente del Yak-42, procedimiento que reabrió por orden de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.
A partir de ahora dirigirá una de las carteras más importantes del Consejo de Ministros. Interior cuenta no sólo con el favor de los Servicios de Información; también con la competencia de la gestión de fronteras, fundamental en el nuevo Gobierno socialista -que cuenta con varios retos a corto plazo en este apartado-, y para Ceuta.
Grande-Marlaska conoce bien a Ceuta, donde estuvo por última vez en el mes de enero para participar en la reunión del comité de seguimiento de las Jornadas Jurídicas. Y es que en su última etapa en el Consejo General del Poder Judicial era el encargado de los temas relacionados con las ciudades autónomas, Ceuta y Melilla.
Además, en la ciudad cuenta con buena relación con personalidades como el presidente de la Sala Sexta de la Audiencia Provincial en Ceuta y director de las Jornadas Jurídicas, Fernando Tesón, o el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, junto a quien firmó en el Libro de Honor de la Ciudad. En su última visita charló con FAROTV, en una entrevista en la que no solo sobre la importancia de estas Jornadas, sino sobre la necesidad de darle una mayor proyección.
El juez cuenta ahora con varios retos por delante en materia de inmigración, al contar con la competencia de la gestión de fronteras y la aplicación de la Ley de Extranjería. Entre ellos se encuentran las devoluciones en caliente de inmigrantes en las fronteras de Ceuta y Melilla, una de las promesas de Pedro Sánchez.
En sus manos queda también la negociación con policías y guardias civiles por la equiparación salarial, que no llegó a buen puerto tras meses de diálogo con Zoido. Sindicatos y asociaciones llegaron a mostrar su satisfacción por la salida del popular del ministerio.