Desde el pasado viernes se difundieron desde todas las vías posibles las oportunas alertas sobre el temporal. Los resultados se tradujeron en una mejor comprensión ciudadana sobre lo que podía pasar.
La Autoridad Portuaria de Algeciras informaba ya el domingo de que, probablemente, a las 14.00 horas empezaran a suspenderse los enlaces. Fue algo más tarde, pero ayudó a que a nadie le pillara por sorpresa.
Protección Civil difundió consejos, advertencias y mensajes dirigidos a la población ante las fuertes rachas de viento para evitar males mayores, obteniendo una amplia difusión en las redes sociales. Las consecuencias pudimos verlas, por ejemplo, en una estación marítima vacía, sin usuarios a los que les pillara por sorpresa su cierre, viéndose obligados a pasar noche tirados en el suelo, como ocurrió hace bien poco.
Los medios de comunicación han ayudado a difundir consejos, a ofrecer pautas de lo que podía pasar, a advertir de horarios y suspensiones... constituyendo el altavoz oportuno para que la población estuviera informada.
Esto, sorpresivamente, ha sido mal interpretado por algunos grupos de opinión que tildaban de alarmistas a todos los medios. Las horas posteriores a las alertas dieron la razón a la cobertura que se había dado y que sirvió para que muchos, por ejemplo, desistieran de su salida a la península para no quedarse aislados al otro lado del Estrecho.
En momentos de tantas incidencias se recuerda la función social tan clave que tuvo el 112 en sus perfiles
Esa función social es de vital importancia por eso, en situaciones así, se echa de menos la actividad que acostumbraba a tener en redes sociales el 112. El Teléfono Único de Emergencias está asentado en nuestra ciudad, tiene peso, los usuario saben perfectamente cómo deben recurrir a él y sus profesionales están perfectamente formados.
Sin embargo desde hace tiempo decidieron abandonar esa función social de información a través de sus perfiles en redes sociales que era básica para el usuario, que ayuda a orientar, a conocer, a saber cómo reaccionar hasta el punto de convertirse en los ojos de todos.
Nunca se informó de las causas de ese abandono, de por qué se decidió no cumplir más con esa atención social. Pero quizá, viendo el buen resultado que se ha conseguido con la difusión de informaciones a través de otros canales, sería un buen momento para recapacitar y reactivar una función que realizaron dignamente.