El pasado miércoles día 18 dimos el último adiós a nuestro querido padre Miguel Albarracín de Haro (QEPD). Han sido días eternos, muy duros, asistiendo y presenciando como se apagaba la vida de un ser tan querido y admirado, y que siempre tendremos en nuestras memorias y corazones. Se nos fue un padre ejemplar, y se fue despedido y rodeado de los que tanto le amábamos, y colmado con las mejores atenciones y cuidados médicos posible. Desde hace más de dos años, las entradas y salidas de nuestro querido padre en el Hospital Universitario de Ceuta han sido constantes, a veces, hasta en tres ocasiones al mes. Nunca tuvimos en el hospital, por parte de nadie, queja o reproche de ningún tipo. Más bien todo lo contrario, amabilidad y comprensión. Por todo ello, nunca podremos agradecer lo suficiente el cariño y el excelente trato recibido por todo el personal sanitario, que han hecho que el dolor, la tristeza y la enfermedad fueran mas soportables. A todos, desde los miembros de los equipos de ambulancias, siempre rápidos y eficaces, hasta el personal de primera asistencia, urgencias y de observación, le damos nuestro mas sincero y sentido agradecimiento. Y junto a todos ellos, muy especialmente, a todo el personal de la 1ª Planta, donde nuestro querido padre siempre recibió un exquisito trato, lleno de gestos y palabras afectuosas, con total humanidad y sobre todo con profunda y absoluta profesionalidad en su trabajo. A todos ellos, nuevamente, le damos las gracias.