Es preciso, tras la noticia publicada en la edición de ayer día 14 de mayo de 2013 en su medio El Faro de Ceuta, referente a una supuesta querella que el actual presidente de la Ciudad me perdonó, desmontar la falacia de la información publicada y cuestionar la verdadera motivación para su publicación. Es de dominio público que el actual presidente de la Ciudad, aprovechando los fondos públicos y los servicios jurídicos de la Ciudad Autónoma, interpuso en 2010 una denuncia de su interés personal contra mí que deriva en una citación como imputado por calumnias. Es falso que la denuncia guarde ninguna relación con la aparición de un vídeo en las redes sociales en el que aparecía el actual presidente, sino que la reacción es a mis declaraciones referentes al escándalo de la noticia de la existencia de un vídeo que comprometía al anterior vicepresidente del Gobierno, Pedro Gordillo.
En medio de aquel escándalo, y tras criticar su actitud de ocultación de los hechos y señalar que si el señor Vivas había visto el vídeo y no había denunciado su contenido, en el supuesto de que allí apareciera algún hecho presuntamente delictivo, se habría convertido automáticamente en cómplice, como pasaría con cualquiera que tras la observancia de un delito no haga denuncia del mismo, cuando el actual presidente aprovecha para presentar la denuncia y tratar de desviar la atención de los hechos que estaban aconteciendo, hacia mi persona, exactamente igual que está ocurriendo ahora con Urbaser.
Recibo la citación y todo sigue igual. Posteriormente, es en el seno de una reunión convocada por el Gobierno para abordar el tema de las bonificaciones a la seguridad social que se estaba debatiendo en el Congreso de los Diputados y otras cuestiones económicas, que tenían interés en tratar con el PSOE de Ceuta para que las apoyáramos a nivel nacional, cuando al término de la misma le digo de forma rotunda a Vivas que iba a pedir la declaración testifical una vez se abriera el juicio, para que todos los miembros del Gobierno pasaran a declarar si habían visto o no, el ya tristemente famoso video de Gordillo.
Es ante esta situación y las posteriores reflexiones que el propio Vivas haría, tras conocer este dato, sumadas al hecho de que la denuncia no tenía ningún fundamento ni visos de prosperar, no ya por el contexto político en el que se hacen sino porque no contenían ningún ilícito penal, lo que les lleva a retirarla. Han de ser ellos quienes abunden en las justificaciones de su retirada, yo nunca lo solicité, porque ya he dicho en muchas ocasiones que estoy dispuesto a asumir todas y cada una de las consecuencias que se deriven de mis actuaciones de oposición.
Tampoco he traicionado jamás, como dice su publicación, a ningún compañero de mi partido y el firmante de la noticia habrá de sustentarlo con hechos o pedir disculpas públicas y explicar qué motivación hay detrás de esa calumnia. Pero lo que sí es absolutamente cierto es que al actual presidente de la Ciudad no le debo más lealtad que la que exige nuestras actuales representaciones y que es precisamente por esa representación por la que seguiré con mi acción de oposición, no al Gobierno, sino contra todo su proceder que en nuestra opinión, lesione o atente contra el interés general, como fue intentar ocultar el caso Gordillo y ahora el caso Urbaser.
Aclarado esto, nada escribo sobre la actitud de acoso y permanente campaña de desprestigio de su medio pues los ciudadanos pueden y deben extraer sus propias conclusiones. Concluyo, invitando a quien sea que desde el uso de la verdad y el rigor, desmienta lo que acabo de relatar.