A través del Faro Digital de Ceuta y a muchos kilómetros de distancia de esa bella e inolvidable ciudad donde viví mucho tiempo y donde tantos y tantos amigos dejé, hoy cuando leo en primera página las actuaciones pasadas y sentencias condenatorias recientes de ciertos policías locales me da vergüenza traducirles en inglés o francés a mis nuevos amigos allende de los mares lo que está pasando en esa histórica ciudad, por culpa de unos nefastos policías locales al amparo o con el consentimiento de sus jefes superiores .
Detener y esposar a un médico en el ejercicio de sus funciones, emprenderla a golpes en el Poblado Marinero con un representante sindical, con su señora y su hijo, arrastrar por la fuerza y meterlas en el furgón policial a varias señoras musulmanas en Center Ceuta, porque no tenían papeles y un larguísimo etc.., que me da verdadera vergüenza describir aquí.
Falsear los atestados, siempre con el beneplácito de sus jefes immediatos, para que no les recaiga el expediente disciplinario por un malentendido compañerismo. En los juicios donde son denunciados en infinidad de ocasiones mienten como bellacos, buscando testigos falsos, o lo que sea necesario, para irse de rositas y reirse del ciudadano de a pie.
Por eso hoy cuando en la primera página del Faro leo la sentencia de la Audiencia Provincial, contra estos “elementos”, alzo mi copa y brindo por la Justicia Española.