Esta semana pasada el parlamento europeo eligió al nuevo comisario de sanidad y consumo. Quien se postuló para el cargo fue el hasta entonces ministro de asuntos exteriores de Malta, Tonio Borg.
Tonio Borg es uno de esos pocos políticos que son consecuentes con sus principios, que nunca ocultan de donde vienen y a donde van, que no bajan la cabeza para evitar la mirada de nadie, y eso le ha traído muchos quebraderos. Tonio, durante toda su vida pública se ha declarado contrario a toda esta nueva ingeniería social de los progresistas. Me explico, Tonio ha luchado por ser un defensor de la vida, se ha mostrado contrario al matrimonio homosexual y en las antípodas del divorcio.
Ser hoy día coherente con la moral de la religión que uno confiesa es muy difícil, sobre todo si se es católico o judío, esto levanta muchas ampollas, asusta a mucha gente y produce rechazo social. Eso sí, lo contrario a ella, o como diría Zubiri profesar las mil religiones a la medida, es algo que está muy de moda y es aplaudido por la pretenciosa mediocridad intelectual.
Tonio ha sufrido una campaña de acoso impropia de un parlamento y de una sociedad que pretende erigirse como luz del mundo, adalid de las libertades, y de la democracia. Con este acoso, la vieja Europa ha mostrado que es decadente, que difícilmente soporta la libertad de conciencia, y que la crisis va más allá de lo netamente económico.
Durante su comparecencia previa en el parlamento europeo ha sido sometido a un duro interrogatorio por parte de los verdes, socialistas e incluso los falsamente autodenominados liberales. Varias portadas de periódicos lo han acusado falazmente de ser accionista directo de Tobacco, algo que le inhabilitaría para el cargo. Ha sido malmirado como reaccionario, ultraconservador, extremista; y se han orquestado campañas difamatorias y de presión en varios países de la UE.
A todo esto Tonio ha respondido que no iba a renunciar a sus convicciones pero que aplicaría lo previsto en los Tratados vigentes en la Unión Europea. Eso es una lección socrática de moral, todo un discurso de intenciones, y nada del falsario que acompaña normalmente a los discursos de investiduras de cualquier don nadie.
Tonio Borg ha sido sometido a una caza de brujas simplemente porque tiene convicciones morales, defiende el derecho a la vida, el matrimonio y la familia y, además, es católico. Algo que resulta insoportable a aquellos que llenan sus bocas con la palabra tolerancia pero que no están dispuestos a ejercerla ni un ápice.
En esta batalla hay un claro ganador: la libertad de conciencia. Pienso que con Tonio Borg, un político con convicciones morales que se permite y puede darnos lecciones socráticas, la custodia de las libertades y la democracia está en buenas manos.
La mejor forma de ahorrar en el gasto de personal, no es recortar a todos por igual, sino optimizar este recurso remunerando correctamente al buen trabajador y establecer un sistema de sanciones para aquel que las merezca. Mientras tanto, con estos salarios, no creo que se permitan el lujo de acudir a la huelga.