Se la contábamos el otro día. Es la historia de Amalia, una mujer que intenta dar en adopción a una perra llamada Linda que se encontró muerta de hambre, de miedo y de tristeza después de que su dueño la hubiera dejado atada a un árbol, en plena carretera, para que muriese. Ya saben, hijos de su madre hay en todos lados, y a pesar de que existen protectoras hay quienes prefieren quitarse la carga que un día eligieron en forma de gracioso cachorrito de la forma más cruel. Linda se topó con Amalia, que le salvó de una muerte seguro. Ahora su dueña adoptiva busca un hogar para esta perra, busca una familia que quiera dar cariño a un animal que sólo busca eso, que no haya más PERROS que se crucen en su vida para añadirle una mayor crueldad.
La historia de Amalia y Linda es algo más que una historieta de contraportada. Encierra los valores de una persona capaz de pararse en plena carretera y hacerse cargo de un animal que ni conoce para salvarle la vida e intentar, ahora, buscarle una familia adecuada. Encierra además el auténtico sentido de la vida: en una sociedad salvaje, en la que matamos por dinero, en la que la superficialidad prima sobre el resto, en la que el respeto y la moral se perdieron hace tiempo... sólo nos preocupamos en progresar, en que nadie nos joda nuestro mundo particular. ¿Que nos molesta un perro?, lo dejamos atado a un árbol en plena carretera. ¿Que el abuelo es una carga?, lo abandonamos en una residencia, salvo que queramos su paga y entonces nos lo traigamos a casa para quedarnos con la pensión. ¿Que el vecino nos pide ayuda? Lo evitamos, no sea que dejemos de ser los ‘más ricos del cementerio’. Nos hemos montado nuestro propio mundo, ese que ahora ha hecho crack metiéndonos en una crisis económica-moral de mil pares de narices de la que no vamos a salir sólo con rescates europeos, porque esos pueden aliviar la cartera pero no la moralidad y la entereza que debe primar en una sociedad cuya corrupción ha terminado por invadir hasta las áreas que se presumían intocables.
Yo me quedo con la historia de Amalia y Linda, con lo que hay detrás de este cruel abandono, que no es más que el relejo de nuestra propia sociedad. Por cierto, si quieren darle un hogar a Linda, el que se merece, llamen al 625205906.