No hay nada más aburrido que un congreso, que viene a ser la forma que eligen los partidos para hacerse su particular autobombo, escucharse entre ellos y hacer una demostración de fuerza o debilidad ante el resto. A los populares, que ayer celebraban su segunda jornada en Sevilla, se les ve victoriosos, en plan fiesta de fin curso. Nada que ver con los socialistas, que parecía iban a un enterramiento escondiendo el hacha con la que asesinar a la díscola Chacón. En estas apuestas políticas a las que acostumbra acudir un sin fin de seguidores con no se sabe qué cometido, suelen repetirse los mismos discursos. Así que no era difícil saber de qué iba a tratar la ponencia de don Juan. Especificidades e inmigración se daban la mano, ¿si no, de qué se va a hablar? no va a ser del tabaco chino, evidentemente. Lo que resulta al menos curioso es que se hable de presión migratoria en un momento de cierta tranquilidad en el CETI y en las fronteras. Esa presión que nos acecha y que lastra la ciudad resulta que lleva algunos meses sin hacer acto de presencia, pero los políticos siguen empleándola de excusa para el contenido de sus discursos. Cabe pensar qué seríamos sin inmigrantes, porque eso supondría no tener ‘alimento’ para nuestros discursos plañideros, ni tener base para las exposiciones tremendistas con las que algunos cargos intentan tapar sus defectos. ¿Va a resultar que el inmigrante es necesario para que podamos seguir llorando y reclamando (van juntos en el paquete) más ayuda del Estado?, ¿va a resultar que sin ellos ya no funcionan nuestros centros y los que en ellos trabajan?, ¿va a resultar que sin excusas ya no sabemos cómo hincarle el diente a las peticiones plañideras que llegan a Madrid?
Me veo a don Juan haciendo señales de humo para que no se termine el discurso. Sin especificidades nos vamos... ya saben a donde.