Estaba esperando algún comunicado que, la verdad, nunca llegó. Algún comunicado de los partidos en la oposición que aludiera al incendio ocurrido en el centro Mediterráneo porque había mucho que opinar. Por ejemplo, de cómo se comportaron los trabajadores del área de menores ante un hecho que podía haber sido toda una tragedia a tenor de las imágenes del interior del centro. O, por ejemplo, de cómo funcionó el protocolo de emergencias acordado en estos casos. O cómo se buscó la manera para acoger, de noche y con un imprevisto así, a todos los niños y adolescentes. (Menos mal que tenemos Curro para rato...). Había tanto que decir, que se echó de menos esos comunicados estrella que fueron tan oportunistas cuando la famosa intoxicación de La Esperanza. Aquella que motivó que el PSOE, con el crack que ahora trabaja en Algeciras a la cabeza, citara a los periodistas a las puertas del centro del Hacho para que le viéramos atravesar las puertas para ver a decenas de niños con cagaleras y vomitonas. Ya ven. Ayer podían haber hecho algo parecido, ¿no?, pero al contrario. Yo creo que el PSOE, en esta materia, debe tener información privilegiada... porque Toñi sigue siendo rojilla ¿no? Pero quizá el oportunismo no era el adecuado así que ni cabía solidaridad alguna ni interés por los menores, a pesar de que en su día se pidió en el pleno toda una explicación a Román sobre el uso del albergue de Hadú y el bienestar de los MENA.
Así funcionan los partidos, alejados de lo realmente importante y a la búsqueda de votos, fiel reflejo de cuál es su apego social. O sea ninguno. Caballas no abrió la boca, pero con una clara diferencia respecto al PSOE, quizá no la abrió porque allí, a las puertas del Mediterráneo, estuvo una de sus diputadas, Fati, hasta las doce de la noche, tomando buena nota de cómo se estaba respondiendo al problema. Las críticas políticas se hacen, se aprecian y valoran... pero cuando tienen sentido.