Don José tiene prisa. Lleva una semana de infarto: corriendo de visita en visita, aunque sólo sea para ver cuatro bloques de hormigón, pero tiene que estar ahí. En parte le comprendo, tiene que ser duro eso de tener por delante a un don Juan que se adueña de todo y encima la gente le cree. Porque eso es lo que tiene el alcalde, que es capaz de soltar un discurso hasta dejarte atontada mientras se adueña de las inversiones que, se supone, eran estatales. ¿Qué más da?, pensará el presi... el hecho es que al final parece que la Ciudad, bajo el espíritu de la gaviota, es la única que ha invertido en este pueblo, mientras que la Delegación, mancillada por la mala gestión de ZP -que tiene que tener la culpa de todo- nada ha hecho. A don José se le tiene que poner el cuerpo malo cada vez que don Juan se apunta sus propios tantos y ahora que el 20-N está a la vuelta de la esquina no hay jornada en la que no ponga a su equipo firme y se lo lleve a visitar obras y más obras, hasta que el calendario se lo permita.
A don José, como no le va la marcha, tampoco le va el juego. Otro delegado hubiera practicado el sucio: si la Ciudad se apunta mis tantos, yo me apunto los suyos... y hubiéramos tenido una batallita de pueblo con los gabinetes de prensa venga mandar notas para informar de lo que es verdad y de lo que es mentira. La institución manda, así que el delegado prefiere ponerse el traje de hombre respetuoso dejando la crítica de partido para otros. Lo que pasa es que no ha caído en que en Daóiz tiene lo que tiene, y si piensa que quienes montan asambleas ciudadanas tipo 15-M para captar al ciudadano y sólo reúnen a cuatro gatos le van a dejar las cosas claras a los peperos... está más descentrado de lo que imaginaba. ¿Cree el delegado que su partido, con su delfín el crack, le va a poner colorado a don Juan en esa apropiación indebida de logros y obras? Pero si le pide permiso en los plenos hasta para ir al baño... Sigamos el recorrido de don José que más parece el final de un Víacrucis en el que las almas en pena empiezan ya a buscarse nuevas chaquetas.