DxEspaña es un país en el que la mayoría de sus ciudadanos ven con agrado la presencia y visita de líderes espirituales. En esta ocasión, el Papa Benedicto XVI nos visitó por tercera vez en sus 6 años de pontificado y esto no es casualidad. La visita ha levantado muchas voces a favor y alguna en contra, pero en un país que se enfrenta a una pérdida de valores, a nadie ha dejado indiferente.
El evento ha motivado que más de un millón de peregrinos de 193 países vengan a España. Justo en este momento, en el que el Mundo entero se asoma a nuestro país, un centenar de organizaciones, entre las que se encuentran IU y grupos pertenecientes al 15-M, deciden manifestarse en la Puerta del Sol; según ellos, por los gastos del evento, pero en realidad acabaron dejando ver su verdadero motivo, el anti-catolicismo.
Esta manifestación minúscula, que por si sola ha demostrado ser un grupúsculo insignificante de radicales violentos, que para nada representan a la sociedad española, no hubiese tenido más importancia que la propia de su naturaleza marginal. Pero la autorización de la Delegada del Gobierno de Madrid para que estos pudieran hacerlo en plena Puerta del Sol, cuando la afluencia masiva de peregrinos era constante, acabó desatando los instintos más básicos de los intolerantes, abriendo la “caza al peregrino” y acabando por agredir, día tras día, a varias decenas de peregrinos fácilmente identificables por su atuendo. Por no hablar de los gritos ofensivos como «pederastas», que se mezclaban con consignas propias de la estulticia como «la juventud del Papa también se la machaca». Mostrando una clara obsesión sexual contra la Iglesia.
Para aclarar lo del coste, las cuentas que han sido publicadas por más de un diario, afirman que la totalidad del evento, 50,5 millones de euros, ha sido sufragado por los participantes, y que obviamente la visita de un Jefe de Estado a España – como lo es el Papa - ha causado gastos de seguridad. También los hay cada domingo en los partidos de fútbol, en las menguantes manifestaciones sindicales, o en las vacaciones de la mujer de Obama en Marbella. Con una gran diferencia, las JMJ traerán unos 180 millones de euros al sector turístico, lo que supondrá un empuje a nuestra devastada economía, entre ellos a los 6000 restaurantes donde comerá el millón de peregrinos. A todo esto hay que añadirle, a coste 0, la asociación de la imagen de España a un evento de este tipo.
Respecto al relativismo moral y subjetivismo ético que se traduce directamente en una masa gris en forma de dictadura ideológica anti-religiosa, y en España concretamente en anti-católica, es duro tener que soportar una y otra vez la agresión continuada, de diferentes formas e intensidades, por profesar una Fe. Pero nuestra Fe nos pide eso, poner una y otra vez la otra mejilla.
Gracias por la visita, Santidad.