Era mi amigo. Teniente Coronel Médico Militar, mi médico de familia, que Dios lo guarde en el cielo.
Hoy me enterado que el pasado lunes lo enterraron, yo no podía creerme tan fausta noticia. Acababa de llegar de una clínica de Cádiz, donde precisamente él me recomendó que fuera para hacerme un chequeo sobre mis dolencias hepáticas y biliares.
D. Joaquín Yráiyzoz Díaz de Liaño, era un excelente profesional, una buena persona, querida por todo el mundo. Yo no entiendo como Dios permite, que un ser tan maravilloso, y que tanto bien ha hecho por los enfermos de Ceuta, se lo lleve esta maldita enfermedad del cáncer. De verdad que no lo entiendo. Tan solo tenías cincuenta y seis años, en la flor de tu vida. Siempre te recordaré, amigo mío. Hoy mis lágrimas surcan mis mejillas pero mi corazón llorara durante mucho tiempo, por la persona que fuiste, por tu humildad, por tu buen hacer con los que más te necesitamos. Hoy Ceuta llora de pena por ti.
Ya no podré ir más a tu consulta, los recuerdos afloran de tal forma en mi ser, que ni tu sustituto otro maravilloso profesional, D. Antonio Millán González, podrá hacerme olvidar al que fue mi amigo -Tte. Coronel médico militar- mi médico de familia y al que Dios lo tenga en su gloria.