España está a punto de cargarses. Aprovechando la oportunidad que me brinda este medio de hacer pública esta carta, quiero poner en conocimiento de sus lectores el suceso, a mi entender, de maltrato animal que presencie desde mi ventana. Hace días un “chaval” joven que tiene varios perros, uno de ellos, concretamente el blanco de tamaño mediano, se le escapó por llevarlo suelto en las cercanía de la Calle Convoy de la Victoria (Barriada del Mixto). Este individuó no tuvo otra cosa que hacer, que al volver el perro, liarse a patadas con el, cosa que le recriminaron varias personas que pasaban por el lugar. Lo ocurrido, o parte de lo ocurrido, fue presenciado por la policía que pasaba en ese momento en el coche patrulla. Los policías le recriminaron lo que este niñato había hecho, diciéndole incluso que podrían tomar otras medidas (me imagino que se referían a denunciarlo por maltrato animal). La novia del niñato, una tal Patricia que vive por la zona donde ocurrió esto, en vez de regañarle a su novio por lo que había hecho, no tuvo otra cosa que decirle a los policías “¡que el perro es mío!”.
En primer lugar, creo que los policías deberían de haber llegado mucho más lejos, tanto como la ley les permita. Pegarle patadas a un perro de forma deliberada como hizo este individuo, es un claro maltrato animal, y como tal se tenía que haber obrado. No cabe duda que los valores de ética de este “personaje” y de su novia están por los suelos, es una pena que muchos jóvenes ya tengan esa maldad metida en el cuerpo y esa sangre fría de patear a un animal indefenso. En este tipo de casos, el perro se debería de revolver y meterle un bocado al que lo maltrata para que se le quitara las ganas de pegar patadas
Con el maltrato animal hay que ser mucho más contundente y menos permisivo. El que maltrata a un animal, es muy posible que maltrate a cualquier persona que este en inferioridad de fuerza, como puede ser una mujer, una persona mayor, un niño pequeño, etc. Por eso, ten cuidado novia del presunto maltratador de animales, que de maltratar un animal a maltratar a una mujer solo hay un paso.