No hay nada mejor que un informe para justificar lo que no tiene explicación. Y así nos sale Sanidad con eso de que había un informe técnico que indicaba que existía peligrosidad en el Hacho y que por eso había que recurrir a los mata perros, previo desembolso de 12.000 euros. Toma ya. En esta ciudad te salvas si formas parte de un informe que ampare tus vergüenzas, de esos que tanto le gustan al presidente de la Ciudad, o si te conviertes en un pelota que se va a tomar copas con el delegado del Gobierno para reirle las gracias. Entonces además de estar protegido vives como un semidios porque no hay nada más que le guste a don José que verse rodeado de gente que le lleve el aire y por supuesto no le haga preguntas inoportunas.
Entre informes y copas anda el juego, mientras la ciudadanía asiste impasible y muerta al espectáculo que le ha tocado vivir. En un pueblo en el que la valía se mide en número de estómagos agradecidos por kilómetro cuadrado, es normal que haya tragaderas para ésto y para más. Somos capaces de pasar página ante matanzas de animales pagadas con dinero público, al igual que olvidamos que de la noche a la mañana nos digan que el Mercado va en la Manzana para luego sacarnos un informe que lo desaconseja. Es como para volvernos locos o acudir al Hollywood a tomarnos un copazo detrás de otro: allí fijo que encontraremos amigos y ocultaremos las sinvergonzonerías de este pueblo a la vista de todos.
Ha comenzado el show y ya podemos ver a quienes hacen méritos para ocupar futuribles puestos que dependerán de la administración pública, que será la que pague los astronómicos sueldos para vivir fingiendo que se trabaja por y para el pueblo caballa.
El futuro se presenta incierto para aquellos que no comulgan con esta manera de ver la vida. Es así, sencillamente, porque terminan convertidos en unos apestados que pasarán su mal de ojo de generación en generación porque, por denunciar las sinvergonzonerías, se les acusará de hacer daño a Ceuta.
Pues vale.