El Caso Gürtel sigue revelando datos importantes y muy comprometedores para varios dirigentes del Partido Popular. Tras levantarse el secreto de sumario, se han desvelado 50.000 folios sobre las posibles prácticas ilícitas llevadas a cabo en el seno del PP, implicando al ex tesorero Luis Bárcenas o al Presidente de la Comunidad Valenciana el Señor Francisco Camps, entre otros.
Mientras tanto Mariano Rajoy sigue en su más profundo silencio y sin hacer nada al respecto, cuando debería estar exigiendo a Bárcenas su dimisión como senador, y explicando a los ciudadanos cómo es posible que el PP no haya actuado de manera inmediata para desvincularse de una persona que, según las pruebas, se ha servido de su cargo en el Partido para promover la mayor red de corrupción jamás conocida en la historia de nuestra democracia.
Esta protección absoluta por parte de su partido al señor Bárcenas, no hacen más que despertar la desconfianza de los ciudadanos, y nos hacen sospechar que los dirigentes del PP tienen miedo del ya ex tesorero del partido, de lo que sabe y de lo que puede decir.
El comportamiento de Mariano Rajoy con los implicados en el caso Gürtel, con Jaume Matas o con Fabra, entre otros, ha dejado mucho que desear y ha puesto en evidencia una absoluta falta de coherencia y de decencia política en el seno de un partido que prefiere desviar la atención, poner en duda la actuación de jueces y policía, antes que asumir responsabilidad y reconocer su errores.
Las pruebas con las que cuenta el juez del caso Gürtel son abrumadoras y demuestran que la corrupción está instalada en el mismo corazón del PP, y que afecta a muchos e importantes dirigentes del mismo. Todo esto está demostrando que dentro de la derecha de nuestro país, los mismos que reniegan de lo público y se afanan en privatizar servicios esenciales para los ciudadanos, no tienen empacho en quedarse con el dinero público que debería servir para mejorar la vida de todos.
Alguien debería decirle a Rajoy que en lugar de tirar balones fuera e intentar eludir responsabilidades, se ocupe y preocupe de limpiar su partido, y de poner fin a toda esta serie indecente de casos de corrupción que implican al PP allí donde gobierna.
Una evidencia muy preocupante, porque demuestra que una parte importante de los dirigentes del principal partido de la oposición no entiende el acceso al poder como un servicio público, sino como un medio para enriquecer a sus militantes, familias y amigos.