Ca-minando Fronteras denuncia que dos de los cuatro encaramados a la valla eran menores.
Las entradas ‘por sorpresa’, esas de las que se tiene constancia cuando el inmigrante se presenta por sus propios medios en dependencias oficiales o pide auxilio, han marcado el escenario migratorio de la última semana. Se sigue así con la tónica que está definiendo desde hace un año este ámbito y que pilla por sorpresa a las fuerzas de seguridad, cuyo poder de actuación está sometido a la deficiencia arquitectónica de una frontera imposible de controlar como se debe, lo que permeabiliza los accesos en los denominados ‘vehículos patera’.
Las 22 entradas registradas la semana pasada se refieren en su amplia mayoría a pases de este tipo, salvo los 14 subsaharianos que lograron su entrada en patera, a plena luz del día, en la playa del Tarajal. Mujeres y también algún menor han sido atendidos por Cruz Roja tras haber sido encontrados en distintos puntos de la ciudad. En Hadú, a las puertas de la Jefatura Superior, en la avenida Reyes Católicos o en la barriada Juan XXIII. A distintos escenarios se desplazó el ERIE de Cruz Roja para el reconocimiento sanitario que se hace en cumplimiento del protocolo establecido. De los atendidos la semana pasada, hubo un menor de 17 años natural de Bangladesh.
Por cierto que la oenegé Ca-minando Fronteras ha denunciado que dos de los cuatro subsaharianos que se encaramaron a la valla la semana pasada eran menores. Permanecieron así un día.